En plano corto
Con quién y por qué ha discutido recientemente?
—No suelo cabrearme, aunque soy como el champán, pero se me olvida pronto. Seguramente con mi hijo, que políticamente es muy crítico.
—¿Su hijo es del PP?
—Sí, un PP constructivo, pero crítico.
—¿Es usted feminista?
—¿Qué entendemos por feminismo?
—La igualdad real entre hombres y mujeres.
—¡Por supuestísimo que sí! Como persona con sentido común que respeto la naturaleza humana y los planteamientos personales.
—¿Por qué me ha preguntado que qué entendemos por feminista?
—Porque ahora el término se está degradando, intentan que pierda su esencia.
—¿Violencia de género o violencia intrafamiliar?
—Rotundamente, lucha contra la violencia de género.
—¿El ser humano es bueno o malo por naturaleza?
—Creo que es bueno.
—¿Ha ido alguna vez al psicólogo?
—No, pero no debería ser nada ocultable. Hemos pasado momentos de mucha dificultad.
—¿Le gusta Rosalía?
—Sí. Me gusta toda la música, como la de mi tiempo, los Secretos, Julio Iglesias, Nacha Pop., Supertramp...
—¿El mayor error político de su carrera?
—Seguro que en alguna ocasión he sido inflexible. Hay que trabajar más por unir planteamientos políticos y no ser estrictos.
—¿Y su mayor acierto?
—No me gusta personalizar, siempre estoy rodeado de un equipo y ellos tienen todo mi reconocimiento.
—¿Qué fue lo que le enamoró de su mujer?
—Jajaja. Su forma de ser. Es prudente, responsable y con sentido común. Yo le digo que ve la hierba crecer. Me pone en mi sitio, me baja a la tierra, y esa crítica constructiva, envuelta en cariño, me sirve de mucho.
—¿Qué le reprocha ella?
—El poco tiempo. Los políticos estamos poco tiempo en casa. A mi hijo, por suerte para él, lo ha educado ella. (Gabriela es procuradora en los juzgados).
—¿Su comida favorita?
—Todo, pero diría que la tortilla de patatas.
—¿Con o sin cebolla?
—Las dos
—¿Le gusta hacer deporte?
—Corro diez kilómetros tres o cuatro veces a la semana, y lo hago para empatar.
—¿Empatar?
—Para poder comer después de todo, me gusta comer.