Feijóo para por una lumbalgia y da por neutralizado el debate al que no fue
«Espero poder aguantar. Estoy con medicación, pero sigo activo», dice el líder del PP
Alberto Núñez Feijóo, el gran ausente del debate a tres en RTVE, lo seguirá desde Valencia, donde mañana retomará su agenda de campaña que se ha visto interrumpida por una lumbalgia que ha ido sorteando con inyecciones de Urbasón y sesiones de fisioterapia.
«Espero poder aguantar. Estoy con medicación, pero sigo activo», explicó Feijóo en La Sexta tras semanas frenéticas y sin tiempo de hacer deporte. El candidato del PP tenía previsto ayer intervenir en dos mítines en Canarias, pero el incendio que comenzó el sábado en La Palma le llevó a anular la visita a última hora del martes. No hubo explicaciones más allá de que el líder gallego prefería evitar cualquier interrupción a las autoridades de las islas que se están enfrentando a un fuego que ha calcinado miles de hectáreas y afectado a decenas de viviendas. Pero, «con dolor o sin él», intentará acabar la campaña.
Con la agenda vacía, Génova improvisó una entrevista en televisión con la que intentar neutralizar la ausencia de Feijóo en el debate nocturno. Un encuentro que el propio líder del PP calificó de «semidebate» mientras ahondaba en su crítica de que se vetase la presencia de los partidos que han venido sustentando en el Congreso al Gobierno; esto es, ERC, EH Bildu y PNV. Fuerzas con las que Sánchez tendría que pactar, según las encuestas, en caso de tener alguna oportunidad de gobernar. «Si no podemos estar todos, que debatan los que quieran ir», aseveró.
Después de que Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi advirtiesen de que el precio de su apoyo parlamentario será la celebración de sendos referéndums de autodeterminación en Cataluña y Euskadi, el líder del PP se reafirmó en su exigencia de que Esquerra y Bildu deberían estar en el plató para decirle a Sánchez de viva voz «lo que pretenden hacer».
Feijóo dejó claro que si gobierna les dirá a los independentistas «que eso no cabe en la Constitución, ni en el Estatut ni en la Unión Europea», al tiempo que recordó su compromiso para recuperar el delito de sedición, agravar la malversación y tipificar el delito de consulta ilegal.
El candidato popular quiso enviar un mensaje de tranquilidad tras escuchar a Abascal aseverar que con un Gobierno de PP y Vox subiría la tensión en Cataluña. «Intentaré rebajar todas las tensiones y no me someteré a las minorías que quieren incumplir las leyes», avisó a los soberanistas y a los voxistas.
El ente público no puso finalmente un atril vacío para evidenciar la ausencia del candidato del PP ante la objeción de la Junta Electoral, pero no hará falta. En Génova ya preveén que su líder será «el rival a batir» en una batalla en la que los otros tres candidatos «saben que no ganarán las elecciones». Defienden, además, que plante de Feijóo no solo «no penalizará», sino que desgastará más a Abascal, y facilitará el trasvase de votos de Vox a sus filas esta última semana hacia el 23-J.
La derecha radical intenta resistir en este esprint final la embestida del voto útil, mientras el PP se emplea a fondo para convencer a los electores de que «la única papeleta que garantiza un cambio» es la suya. Una apelación a la que Feijóo recurriará hasta el viernes en su gira por Madrid, Andalucía y Galicia, los territorios donde los populares gobiernan con mayoría absoluta. Según los últimos sondeos publicados, las elecciones se están jugando en menos de veinte circunscripciones, esas en las que hay un último escaño que está bailando. Ahí está la diferencia entre ganar los comicios o hacerlo con una mayoría suficiente, como la que anhela Feijóo, para gobernar en solitario.