A la espera de las mejoras ferroviarias, de autovías e impulso de nueva industria
Pocos son los que lo ponen en duda. La llamada Transición Justa no ha sido precisamente eso en el Bierzo. Después de cerrar las minas, dinamitar una térmica y desmantelar otra, la reconversión anunciada con lluvia de millones para la comarca se ha quedado en más bien poco. Al menos hasta este momento. El Bierzo adolece en la actualidad de infraestructuras que lo catapulten a las conexiones ferroviarias europeas. El embudo del Manzanal es un lastre para el tren, en una etapa política en la que se da por hecho que aquí no llegará la alta velocidad ferroviaria que muere en León.
Está en cartera el desarrollo con la recuperación del Ponfeblino. Pero el proyecto, como es sabido, va muy lento en su desarrollo, aún cuando en los últimos meses se ha movido algún papel que otro administrativo.
La autovía de Ponferrada a Orense sigue avanzando a cuenta gotas y poco o más bien nada se sabe de cuándo comenzarán las obras de una vez en el primer tramo de Villamartín de la Abadía, por Toral de los Vados hacia el municipio de Sobrado. La vidriera Tvitec sí ha recibido impulso para convertirse en punteros de Europa.