Un verano negro en Madrid: cinco crímenes, reyertas y más violencia machista
Cinco crímenes, entre ellos el de la comerciante de la plaza de Tirso de Molina, múltiples sucesos de violencia machista, como el de la mujer a la que su pareja intentó matar con un taladro en el distrito de Villaverde, y reyertas entre bandas han escrito la crónica de un nuevo verano negro en la Comunidad de Madrid.
Además de la violencia de género, las reyertas entre clanes familiares o los habituales apuñalamientos han continuado siendo algunas de las principales amenazas para la seguridad de la región, pese a que los sucesos se reducen considerablemente, especialmente en la capital, durante los meses más calurosos del año.
No obstante, el suceso más sonado de lo que va de verano fue el crimen de Concha, la dueña de la tienda de uniformes Vistebien, ubicada en la céntrica y problemática plaza de Tirso de Molina.
Fue asesinada a manos de Jesús, el presunto autor material, y Estrella, dos delincuentes habituales de la capital que habían planeado un atraco menor para hacerse con la recaudación del establecimiento, pero que acabó con el mortal apuñalamiento de la comerciante.
La repercusión del suceso, que reavivó el debate sobre los problemas de seguridad en la zona, pudo acelerar el minucioso trabajo de la Policía Nacional, que 24 horas después de los hechos logró la detención, a unos pocos cientos de metros del escenario del crimen, de los dos presuntos homicidas. El asesinato de Tirso de Molina ocurrió el pasado 3 de julio, un día teñido de negro por otras dos muertes violentas, la de una mujer rumana sin hogar a la que atrapó un incendio provocado bajo el puente de la calle Pedro Bosch, y la de una trabajadora de la hostelería asesinada presuntamente a manos de un joven que le practicó la técnica del «mataleón».