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Feijóo inicia con Sánchez sus contactos para la investidura e incluye a los barones del PSOE

Fracasa el primer intento de repartir los escaños del hemiciclo del Congreso porque el PP rechaza compartir espacio con Vox

Feijóo con Cuca Gamarra y Esteban González Pons ayer, en la sede nacional del PP. PP / TAREK

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León

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, iniciará con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, su ronda de contactos para buscar apoyos como candidato a la investidura, sabedor de que es «extremadamente difícil» lograr el respaldo necesario para ser elegido.

Con un mes por delante hasta el debate de los días 26 y 27 de septiembre, el PP ha revelado el primer paso de Feijóo, una llamada telefónica a Sánchez en las «próximas horas» para pedir una reunión. Moncloa ha trasladado que Sánchez está dispuesto, por lo que queda por conocer formato y fecha.

El presidente de los populares contactará además con los presidentes autonómicos, aunque tampoco se conoce aún cómo lo hará.

A Sánchez le dirá que «no es razonable» ni «bueno para España» que intente ser presidente «cediendo lo que sea» a los independentistas y le ofrecerá «explorar fórmulas» para dar «estabilidad al país» y que quien «ha ganado las elecciones pueda conformar un Gobierno», según ha anunciado el dirigente del PP Borja Sémper.

Los socialistas han acogido este llamamiento pidiendo a los populares que se disculpen por haber «deslegitimado al Gobierno e insultado al PSOE» y por llamar al «transfuguismo» en sus filas, según ha señalado la portavoz del partido, Pilar Alegría. Pese a ello, aceptan la reunión.

Más allá del contacto con Sánchez, el PP no ha concretado detalles de la ronda de cara a la investidura con los grupos. Hablarán con todos, en el ámbito parlamentario, salvo con EH Bildu. Está en el aire tanto el calendario como si Feijóo será el interlocutor en todos los casos.

A cuatro escaños de la mayoría necesaria, el PP admite que es «extremadamente difícil» lograr la investidura de Feijóo, pero insiste en que «no es imposible» y que el candidato no puede quedarse «cruzado de brazos».

Con ese argumento y con la promesa de que no cederán ante propuestas «descabelladas» como la ley de amnistía o el referéndum en Cataluña responden a las críticas internas por hablar con JxCat, que ha verbalizado el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández.

El PP pretende que en la ronda de contactos queden claro dos modelos: el de Feijóo, que quiere «escuchar» pero no «ceder» ni «venderse» y el de Pedro Sánchez, al que acusan de estar dispuesto a «subastar» incluso el cumplimiento de la ley.

En ese sentido, el PP recuerda que en 2021 el PSOE se alineó con un informe del Congreso que se opuso a tramitar la amnistía que pedía el independentismo catalán porque contravenía el artículo 62 de la Constitución.

Por otra parte, defienden que Feijóo quiera escuchar a los presidentes autonómicos, pese a que estos no tienen voto en la investidura. El expresidente de la Xunta acostumbra a recordar su buena relación con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, o con el lehendakari, Íñigo Urkullu. Precisamente García-Page ha abogado por «entre todos» formar gobierno, pero ha pedido que «no sea a cualquier precio».

Además, para no entrar en los debates internos de otras formaciones, el PP ha evitado pronunciarse sobre la petición que el exdiputado general de Bizkaia por el PNV José Alberto Pradera de abstenerse en la investidura de Feijóo, en contra del criterio de Andoni Ortuzar.

El PP ha adelantado además los ejes del proyecto de Feijóo, que para su investidura ofrecerá medidas para crear empleo, sanear las cuentas públicas y reducir la carga fiscal; prometerá una regeneración institucional, reformas en financiación autonómica, el agua o la Justicia, garantizar las pensiones, mejorar la sanidad o abordar el reto demográfico.

La Mesa del Congreso dio luz verde a los grupos parlamentarios de Esquerra Republicana (ERC) y de Junts, que se han registrado con diputados prestados por Sumar y el PSOE, respectivamente, al no cumplir los requisitos que establece el Reglamento. La decisión se adoptó por mayoría, con los votos del PSOE y de Sumar, mientras que el PP votó en contra al considerar que ese préstamo es un «fraude de ley» aunque los populares lo han practicado en otras legislaturas.

El primer intento de distribuir los escaños del hemiciclo del Congreso ha fracasado porque PSOE y Sumar querían ubicar a Vox junto con el PP en la zona de la derecha y los ‘populares’ se han negado a verse desplazados y han reclamado para sí toda la zona derecha para sus 137 diputados.

La propuesta del PSOE y Sumar situaba en el área central del hemiciclo, en filas de gran visibilidad, a los eventuales socios de la investidura de Pedro Sánchez (PNV, ERC, Bildu y Junts), mientras que colocaba a Vox en el tercio de la derecha junto con el PP, algunos de cuyos diputados se desplazaban a las últimas filas.

Los populares reclaman todo el espacio del tercio de la derecha y creen que Vox debería situarse en la zona central, como ocurría con Cs.