Sánchez se apoya en los disturbios contra el PSOE para justificar su pacto con Junts

La investidura de Pedro Sánchez vuelve a retrasarse. Ni el PSOE ni Junts contemplan ya que pueda tener lugar esta semana y apuntan más bien a la próxima. Pero el presidente del Gobierno en funciones volvió a dar este miércoles por sentado que llegará. Lo hizo en un encuentro con los trabajadores de su partido en la madrileña calle Ferraz, tras la quinta noche de protestas cada vez más numerosas y violentas frente a esta y otras sedes socialistas en toda España. «Podrán decir o hacer, pero no nos intimidan. Vamos a seguir adelante, vamos a tener Gobierno y vamos a gobernar cuatro años más», aseguró.

El jefe del Ejecutivo ha encontrado en los disturbios, y en el hecho de que se hayan producido durante movilizaciones alentadas por Vox y defendidas por el PP, un argumento más para apuntalar el discurso con el que desde el pasado 23 de julio viene reivindicando su decisión de pactar con Carles Puigdemont y aceptar una amnistía para los encausados del ‘procés’ como moneda de cambio para su reelección: que, aunque no sea un plato de gusto, es un paso necesario para evitar que la ultraderecha acceda al poder, como ha ocurrido en países del entorno español.

El pasado 28 de octubre, ante el comité federal del PSOE, defendió sin paños calientes que hay que hacer «de la necesidad virtud» y que el movimiento serviría a la concordia. «Cataluña —adujo— está lista para el reencuentro total». Este miércoles se ratificó en el mensaje. «Si algo demuestran estos días que estamos pasando tan aciagos, tan frustrantes y tan indignantes es la necesidad de que (nuestro proyecto político) salga adelante; que efectivamente este país sea gobernado por el PSOE desde la razón y los principios que siempre hemos defendido, la libertad, la democracia, los derechos y la convivencia», esgrimió ante los suyos.

Nada dijo en cambio ni él ni ningún otro miembro del Ejecutivo del mensaje que, a primera hora de la mañana, colgó el ‘expresident’, prófugo de la justicia desde hace seis años, en su cuenta de X, antes Twitter. Un mensaje que señala directamente a Felipe VI como simpatizante o incluso cómplice de los ultras que estos días han lanzado bengalas, quemado contenedores o destrozado el mobiliario público para protestar contra la amnistía. «Después de lo que está pasando en Madrid, ¿a qué hora sale el rey a ordenar ir ‘a por ellos’. ¿O es que está ‘con ellos’?», escribió.

Los negociadores socialistas insisten en que, aunque el acuerdo con Junts esté tardando en llegar más de lo que ellos mismos daban por sentado hace apenas una semana, no hay razones para temer que descarrile y también desde el partido de Puigdemont vaticinan que está al caer. Incluso apuntan al final de esta semana, en torno al viernes, como posible fecha para su firma. Según ese calendario, y aunque la Mesa del Congreso ya habilitó las fiestas y los fines de semana de noviembre a fin de poder celebrar la investidura tan pronto como fuera posible, lo previsible es que esta se deje, como pronto, para el 13.

Una vez sellado el pacto, Junts lo debe someter a la ejecutiva, el ‘consell’ y la militancia del partido, y todo ello tendrá que hacerse entre sábado y domingo. También Sánchez tiene comprometida su presencia este día 11 en Málaga, en el encuentro que celebra el PES, el partido de los socialdemócratas europeos, desde el viernes y al que, inicialmente, pretendía llegar ya ungido como presidente en plenitud de facultades. Este miércoles, el número tres del PSOE, Santos Cerdán, continuaba en Bruselas tratando de pulir el texto de la ley que dejará impunes los delitos cometidos entre 2013 y la actualidad en relación al intento de declarar la independencia de Cataluña por vías unilaterales.