Cerrar

Un socialista renuncia a ser concejal de Pamplona por «ataques» de UPN

El PSN aportará cuatro votos y no cinco a la moción de censura de este jueves en Pamplona

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Estaba previsto que este jueves, diez minutos antes del inicio de la moción de censura contra la alcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola (UPN), que culminará con la vara de mando en posesión de Joseba Asiron (EH Bildu) tras el pacto alcanzado por la formación abertzale y el PSN, el socialista Tomás Rodríguez Garraza tomara posesión de su acta como concejal en una sesión extraordinaria.

Número 6 en las listas al Ayuntamiento de Pamplona, este psicólogo de 68 años y director general de Formación Profesional del departamento de Educación del Gobierno de Navarra durante varios años iba a sustituir a Elma Saiz, designada hace poco más de un mes ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Sin embargo, «los constantes señalamientos, ataques y presiones» provenientes de Unión del Pueblo Navarro, según fuentes socialistas, le han llevado a renunciar a convertirse en el quinto edil de su formación en el consistorio de la capital navarra.

El PSN descarta que la decisión adoptada por Tomás Rodríguez tenga relación alguna con el apoyo socialista a la moción de censura que hará alcalde a un concejal de EH Bildu.

«Es más una decisión vital que de ideología; quiere disfrutar de sus nietos, no verse salpicado en esta guerra», apuntan fuentes socialistas.

«Son las continuas presiones ejercidas por UPN, propias de otros tiempos y totalmente custionables democráticamente», las que han provocado esta situación a 48 horas del trascendental pleno en el Ayuntamiento de Pamplona, dice Ramón Alzórriz, secretario de Organización del PSN-PSOE.

El socialista incide en el señalamiento realizado por la propia alcaldesa Ibarrola en rueda de prensa, donde directamente hizo alusión a Rodríguez y profirió «descalificaciones contra el Partido Socialista».

También ha afeado los «continuos ataques desde las diferentes redes sociales y medios afines en los que se ha señalado a través de fotografías a los concejales PSN-PSOE».

«Los señalamientos, que es lo que van a promover ahora las derechas, vestido de un discurso moral y patriótico, son discursos muy peligrosos, de otros tiempos que nunca deberían volver», explica Alzórriz.

Con todo ello, el dirigente socialista navarra entiende que UPN «debe dejar el camino destructivo, asumir las reglas del juego y no marcar al que piensa diferente».

Por su parte, el presidente de UPN, Javier Esparza, ve «el colmo del cinismo» estas acusaciones del PSN. «Dejen el victimismo y empiecen a asumir que la decisión de aliarse con EH Bildu repugna incluso a sus cargos», aseguró. La renuncia de Tomás Rodríguez a tomar posesión del acta como concejal y del siguiente nombre en la lista, el de María José Blasco, que lo descarta por asuntos laborales, provocará que los socialistas navarros no cuenten con sus cinco votos en la moción de censura contra Ibarrola.

Será Miguel Matellanes, pamplonés de 22 años que cursó el doble grado de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid y exasesor del Parlamento Europeo, quien sustituya finalmente a la ministra de Seguridad Social, aunque tomará posesión del acta de concejal en un pleno aún por fijar, pero que será siempre posterior al de la moción de censura de este jueves.

Esta circunstancia alterará el resultado de la votación que hará alcalde a Asiron, quien contará con los votos de los 8 ediles de EH Bildu, los cuatro del PSN, dos de Geroa Bai y uno de Contigo Zurekin, que suman 15 votos, uno más de la mayoría absoluta necesaria por la oposición para desalojar a Cristina Ibarrola de la Alcaldía de Pamplona.

La cita de este jueves ha sido duramente criticada por diversos partidos, entre ellos el Partido Popular. El vicesecretario de Política Autonómica, Local y Análisis Electoral del PP, Elías Bendodo, ha exigido este miércoles al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, frenar la moción de censura en Pamplona y no permitir la «infamia» de entregar la capital de Navarra a los «herederos de ETA», una «línea roja» que, a su juicio, aún está a tiempo de «rectificar».