La recuperación del diálogo con Junts enreda al PP ante los recelos internos
El charco de sus contactos con Junts sigue salpicando al PP tras haber retomado una relación inexistente a raíz del amago de independencia de Cataluña hace seis años y hasta que el endiablado escrutinio del 23-J situó en el epicentro de la legislatura al partido de Carles Puigdemont.
Génova insiste en que lo único que se han producio desde las elecciones son conversaciones puntuales e informales. Y que desde el primer momento el partido descartó cualquier acuerdo por las condiciones impuestas por los postconvergentes para apoyar una eventual investidura de Alberto Núñez Feijóo: la amnistía de las causas del ‘procés’, que acabó concediendo Pedro Sánchez y por la cual, reprueban los populares, el líder del PSOE continúa hoy en la Moncloa, y un referéndum de autodeterminación.
Pero más allá de que la dirección de los populares rebaje el alcance de unos contactos que tensan las costuras del partido por su frontal oposición a las intenciones de los secesionistas desde el trance crítico de 2017 y porque Carles Puigdemont sigue siendo un prófugo de la justicia, unos y otros los han retomado tras el 23-J cuando parecía que seguían siendo impensables.
El PP dejó entrever tras el resultado que alejaba a Fejóo de la Moncloa que no iba a cerrar la puerta a hablar con Junts en tanto que fuerza parlamentaria y que la exclusión solo alcanzaba a la formación vasca Bildu