Dos asesinatos machistas en 24 horas elevan a cinco las víctimas mortales en 2024
Los asesinatos machistas de Laia este jueves en Olot (Girona) y de Cándida este viernes en Aldea del Rey (Ciudad Real) elevan a cinco el número de víctimas mortales de la violencia de género en 2024 y a 1.245 desde 2003, cuando comenzaron los registros. Laia, de 37 años de edad, tenía 3 hijos de 5, 13 y 17 años y Cándida, de 54, un niño de 8 años. Con ellos, son ya seis los huérfanos menores de edad de la violencia de género.
El último asesinato ha ocurrido este viernes en la pequeña localidad de Aldea del Rey y el autor, el marido de la víctima y también de 54 años, ha sido detenido después de haber llamado él mismo a la Guardia Civil para contar lo que había hecho.
No había denuncias previas por violencia de género. Los Mossos d’Esquadra han confirmado también como crimen machista el asesinato de Laia ayer jueves en Olot.
Junto al cadáver de la mujer los Mossos d’Esquadra, en el piso se encontraba también herida su pareja, un hombre de 56 años herido grave y que fue trasladado al hospital, donde falleció poco después. Según los investigadores, el hombre mató a la mujer y después se suicidó.
Precisamente ayer la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha destacado que Cataluña «es un referente» en políticas y proyectos feministas, y ha puesto en valor especialmente sus centros «pioneros» de atención de crisis para supervivientes de violencias machistas.
En la reunión también han abordado la necesidad de modificaciones legales, «que permitan armonizar mejor la fragmentación legislativa que hay en el Estado»; el reconocimiento de violencia económica y el despliegue de la Ley de protección integral de las violencias sexuales, en la que está trabajando el Ministerio, por ejemplo.
Prevención
Han apelado a reforzar el conjunto de políticas con el objetivo de permitir que la prevención sea el eje principal de las actuaciones: «No queremos poder reparar a las mujeres, sino poder acompañarlas con todas las garantías, sin revictimizarlas», en palabras de Verge.
Durante el encuentro, han destacado la necesidad de reforzar la formación a magistrados y jueces, para que tengan más competencias en perspectiva de género y evitar así que se produzcan violencias institucionales en el proceso judicial.