Los investigados por el ‘caso Koldo’ trapichearon con PCR para lograr favores
Falsearon una de esas pruebas en noviembre de 2020 para José Luis Ábalos y su asesor
Víctor de Aldama, considerado el conseguidor del ‘caso Koldo’ y uno de los principales sospechosos de la trama de comisiones irregulares, tenía un grupo de WhatsApp junto a tres de sus empleados que se llamaba ‘Los 4 mosqueteros’. En él compartían todo tipo de vicisitudes, instrucciones o planes de negocio de su conglomerado empresarial.
El 25 de octubre de 2021, De Aldama escribe: «Podéis mirar los ticket (sic) que tenemos en RD (República Dominicana); el domingo va el hermano de K (para los agentes, Koldo García, el exasesor del entonces ministro de Transportes José Luis Ábalos) a ver qué le podemos dar». Al día siguiente, el jefe les recuerda el encargo: «Por favor decirme lo de los tickets que va quien sabéis el domingo y ahora sí que no quiero líos».
La Guardia Civil puso el foco en las conversaciones por mensajería instantánea entre los empleados de Víctor de Aldama. Así, el volcado del iPhone 15 intervenido a uno de ellos ha desvelado ahora una nueva línea de negocio más allá de los contratos de mascarillas con las administraciones. En concreto, los investigados ofrecieron sus servicios para facilitar a altos cargos de todo tipo, sobre todo en Transportes, el acceso a las pruebas de la covid-19 cuando más complicaciones había para realizarlas.
Este trapicheo de las PCR confirmaría para los investigadores que la influencia de los acusados era mucho más amplia. Se trata de unos servicios muy relevantes porque en 2020 o 2021, en plena pandemia, los informes de serología negativa eran imprescindibles para poder viajar por ejemplo fuera de nuestro país.
En plena tormenta política sobre la gestión del Gobierno de la crisis del coronavirus, el informe de ese teléfono móvil intervenido recoge una conversación que alude al exministro Ábalos y que demuestra hasta dónde llegaban los manejos de la trama. Se produjo el 18 de noviembre de 2020 y su literal es el siguiente:
—Nacho (Ignacio Díaz Tapia, empleado de De Aldama): «Me podéis hacer un informe de negativo para el ministro please».
—Javoto (Javier Serrano): «Manda datos».
—Nacho: «José Luis Ábalos. Ahora pregunto DNI».
A las 16.14 horas, Nacho escribe el DNI del ministro en el grupo. También el de Koldo García. A las 16.28, su interlocutor le responde: «Ya vamos». Y exactamente tres minutos después, vuelve a escribirle diciéndole «ya lo tienes». No hay constancia en el sumario de que la prueba que debía acreditar que Ábalos no tenía covid llegara a realizarse. Lo que sí figura en los informes policiales es que días después de que la trama gestionara aquel informe, el exministro y su mano derecha tenían previsto coger un avión.
Además, el volcado del teléfono revela otra conversación que menciona al entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa. El 10 de agosto de 2020 los investigados aluden a una reunión que fue «un éxito» en la que lograron convencer a sus interlocutores. Javier Serrano escribe: «El ministro da el OK seguro. Lo único que puede frenarlo es que tiene que dar el OK sanidad. Y eso no depende de ellos». Apenas cuatro horas más tarde, Javier vuelve a escribir en el grupo: «Nos acaban de avisar de que el ministro ha dado el OK. Estamos in. Pídete dos».