La amnistía, como vender un riñón
El presidente interino del CGPJ, Vicente Guilarte, justificó este lunes en una amplia carta su posición sobre el informe de la ley de amnistía, debatido y aprobado en el último pleno celebrado el pasado jueves. Guilarte, junto al vocal Enrique Lucas, votó en blanco las dos propuestas que había encima de la mesa: la del consejero conservador Wenceslao Olea y el documento de la progresista Mar Cabrejas. Guitarte explica que si el informe aprobado se hubiera limitado al análisis de su articulado, sin entrar en el debate sobre su constitucionalidad, «se habría conseguido aprobar un único documento ya que en las cuestiones jurídicas todos habríamos estado de acuerdo». Sin embargo, admitió, «la polaridad que nos acosa lo ha impedido». Valorada su opinión sobre este aspecto, Guilarte señaló que la exposición de motivos de la ley es insuficiente porque se ha hecho por una mera ecuación parlamentaria, es decir, para conseguir los apoyos de Junts por parte del PSOE para la investidura de Pedro Sánchez. Una crítica que explicó de esta manera: «Puede donarse gratuitamente un riñón pero no a cambio de precio, de igual manera que no cabría indultar, menos aún a amnistiar, a cambio de una contraprestación onerosa».
Componente político
Para Guilarte existe un «evidente componente político» en la tramitación de la norma, que tacha de «transacción política». «La amnistía tiene una causa relativamente simulada en los términos en los que la describe la exposición de motivos», es decir, que no tiene como finalidad la convivencia en Cataluña, sino una mera «transacción política», explicó.