CANDIDATA DEL PSOE A LAS ELECCIONES EUROPEAS
Iratxe García: «Tenemos una hoja de servicio repleta de acciones en favor de los ciudadanos, el PP vacía»
—Desde hace cinco años es la responsable de que el mensaje socialista suene con la misma voz en toda Europa, ¿cómo lo hace y qué dice esa voz?
—La socialdemocracia europea ha tenido un reto importante, liderar las grandes transformaciones con un sello con valores comunes de justicia social, igualdad y progreso. Ha sido una legislatura excepcional que empezó con el brexit, la primera vez que un país sale de la Unión; después la pandemia, un claro ejemplo de cómo desde la unidad se pueden afrontar estos desafíos globales; y pasado el túnel, una guerra a las puertas de Europa, con subida de los precios de la energía e inflación. Los socialistas hemos liderado todas esas respuestas. Frente a los hombres de negro y la obsesión por la austeridad en las cuentas públicas, hemos conseguido apostar por una respuesta solidaria, que resolviera los problemas de la ciudadanía con ese gran plan de recuperación que aportó oportunidades de futuro y modernización de las economías.
—Tras 20 años en el Parlamento Europeo, dice que la ultraderecha amenaza la Unión. Explíquese.
—La amenaza es importante porque intentan renacionalizar para acabar con el proyecto de Europa como lo conocemos. La ultraderecha no es algo nuevo en la UE, pero la novedad es que el PP se ha abierto a alianzas con ellos y se ha pasado de construir Europa desde las alianzas de las tres grandes familias (socialdemócratas, conservadores y liberales), a ver cómo el PP allí donde puede y le dan los números se abre a normalizar a la extrema derecha en las instituciones. CyL fue de los primeros sitios donde se materializó esa alianza, que se traduce en políticas que afectan al ciudadano. En Finlandia con iniciativas para recortar el derecho de huelga, en Italia con normas en contra del colectivo LGTBI prohibiendo el registro de hijos de parejas homosexuales. En Suecia, Polonia o Hungría se repiten las mismas posiciones.
—León se siente discriminado con políticas dictadas en Valladolid. ¿Hay alguna fórmula para exprimir a Europa directamente?
—Sí, la primera alternativa es que cambie la Junta, que es quien tiene las competencias en gestionar los fondos estructurales europeos y quien ha permitido que las diferencias territoriales en CyL se vean acrecentadas en cuestiones como la despoblación. Quien tiene la responsabilidad de gestionar las instrumentos europeos para erradicar esas desigualdades es la Junta que lleva gobernando 35 años.
—Hablando de despoblación, la Mesa por León propuso copiar el modelo de las Highlandas escocesas, ¿lo ve acertado?
—Es un reto europeo. Hace quince años no se hablaba de ella en las instituciones europeas. Fuimos los socialistas quienes incorporamos en la agenda europea la realidad de que hay territorios que pierden población. Hemos puesto en marcha distintas iniciativas para que se tenga en cuenta en los fondos estructurales. Estamos abiertos a estudiar otras y ver cómo avanzamos. El propio Gobierno de España ante la inacción de CyL ha entendido que el reto demográfico es prioritario y ha incorporado programas de lucha contra la despoblación. Que León se vea beneficiada de 40 millones para la conectividad rural con 5G es una medida del Gobierno, al igual que la ampliación de 0 a 3 años para educación rural o los 100 millones para los regadíos desde el fondo de recuperación.
—Lideró una misión de parlamentarios europeos a Palestina e Israel. ¿España debería haber esperado a una respuesta coral desde la UE para reconocer a Palestina en vez de en solitario?
—No, lo que estoy convencida es que el empuje de la decisión por parte del Gobierno de España, al que se incorporaron al mismo tiempo Irlanda y Noruega, y hoy mismo Eslovenia, es fundamental para poder avanzar en que Europa juegue un papel en la construcción de la paz. El reconocimiento de Palestina es la única forma de avanzar en la paz y estoy muy orgullosa de que haya sido el Gobierno de España quien esté marcando el camino adecuado y el único posible para evitar la masacre de la que estamos siendo testigos. No podemos permanecer impasibles ante 35.000 muertos civiles inocentes. Son inaceptables desde el punto de vista humano y del derecho internacional. Necesitamos que Europa tenga una voz más fuerte en el mundo para poder parar esta barbarie y avanzar en la convivencia en paz entre israelíes y palestinos,
—Defiende que la Amnistía es un paso adelante para la reconciliación. Los fiscales del procès la ven arbitraria, ¿qué opina?
—El poder judicial tiene que hacer su trabajo y los políticos buscamos soluciones a esos problemas. El Gobierno de España ha actuado de forma responsable, ha demostrado que hay un espacio para resolver los problemas y no es casualidad que el peor momento para el independentismo en Cataluña haya sido bajo gobiernos socialistas y el mejor, con gobiernos del PP que han creado fracturas en la sociedad muy difíciles de restaurar.
—¿Teme una elevada abstención el 9-J, por qué no llega la UE al corazón de la gente?
—Es verdad que estas elecciones siempre han tenido el reto de la participación. Parece que Europa está muy lejos y no nos afecta, cuando es lo contrario. Algo ha percibido la ciudadanía estos cinco años con la estrategia común de la vacunación y el fondo de recuperación. Pero para acercar más la realidad de Europa también están las campañas electorales. Por eso no tengo duda de que si hablamos de Europa el PSOE va a ganar estas elecciones, porque tenemos una hoja de servicio repleta de propuestas, realidades y acciones en favor de los ciudadanos. Frente a eso un PP con una hoja vacía, que lo único que ha hecho es poner piedras en el camino en vez de arrimar el hombro en los momentos más difíciles de este país.
—Tres ideas claves que usted defiende para esa Europa
—Una Europa que siga defendiendo la Democracia y los avances y derechos conquistados, que no están garantizados de por vida. Hoy estamos siendo testigos de esa amenaza de la ultraderecha hacia las mujeres, el colectivo LGTBI, los trabajadores... Otro eje clave es la Europa social, que garantiza salarios mínimos decentes, sistemas de pensiones dignas, avanzar en la igualdad de hombres y mujeres con leyes como la de transparencia salarial, y la Europa verde. El grupo socialista ha insistido mucho en que la transición sea justa. La lucha contra el cambio climático no es una opción, es una obligación y una responsabilidad. La inacción ya ha traído sequía. Pero hay que hacerlo apoyando a los sectores más afectados de nuestra industria con ese fondo verde.
—¿Siente la salida del leonés Ibán García del Blanco?
—Su compromiso con el socialismo y con Europa sigue fuerte. Es un excelente compañero y eurodiputado del que aprendí mucho y seguirá aportando cosas importantes.
—¿Cree que celebrará más los resultados o su 50 cumpleaños?
—(Risas). Los resultados del 9-J, seguro., que son antes