JUICIO ATROPELLO
La conductora sin carné que mató a dos mujeres se derrumba en el juicio: "No quería vivir"
La mujer que conducía sin carné y en estado de embriaguez acusada de atropellar mortalmente en 2022 a dos mujeres que esperaban para cruzar en un paso de cebra del barrio madrileño de Sanchinarro se ha derrumbado ante el tribunal tras admitir los hechos y asegurar que intentó suicidarse después del doble homicidio: "No encontraba sentido a mi vida, quería dejar de vivir".
La mujer que conducía sin carné y en estado de embriaguez acusada de atropellar mortalmente en 2022 a dos mujeres que esperaban para cruzar en un paso de cebra del barrio madrileño de Sanchinarro se ha derrumbado ante el tribunal tras admitir los hechos y asegurar que intentó suicidarse después del doble homicidio: "No encontraba sentido a mi vida, quería dejar de vivir".
Este martes la Audiencia Provincial de Madrid ha iniciado el juicio a Patricia G.B, en aquel momento con 30 años, para la que la Fiscalía solicita inicialmente 6 años de prisión, y también contra su pareja Enrique, como cooperador necesario de un delito contra la seguridad vial, al ser consciente de que la acusada no tenía carné de conducir y al que le piden una multa de 24 meses a razón de 20 euros diarios.
Los familiares de las víctimas, dos mujeres de 71 y 78 años, personados como acusación particular han renunciado a las responsabilidades penales derivadas del proceso después de haber visto satisfechas las indemnizaciones pedidas por la Fiscalía, en total unos 200.000 euros a distintos familiares.
Ante el tribunal de la sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid, del que ha formado parte como magistrada la exministra de Justicia Pilar LLop, la acusada ha reiterado sus "condolencias" a las familias y ha respondido tanto a preguntas del fiscal como de su abogada que no recuerda muchos detalles del atropello.
"Sinceramente no recuerdo tanto. Recuerdo que sonó un fuerte estruendo, bajé del coche, intenté socorrer a una mujer, pero entré en estado de shock y luego ya recuerdo despertar en el Ramón y Cajal", ha afirmado.
Sí ha reconocido que ella conducía el BMW en el que su pareja iba sentado de copiloto y su hijo de 8 años en el asiento trasero. También, a preguntas del fiscal, que había consumido bebidas alcohólicas ese día. "Bebí y algo más, fumé porros".
Sensiblemente emocionada y en respuesta a su abogada, ha relatado brevemente que desde el atropello está en tratamiento psiquiátrico, que ha intentado reunir dinero ayudada por su familia para indemnizar a las familias y que estuvo ingresada en una clínica de desintoxicación para abandonar unos hábitos -la bebida y el cannabis- que ha calificado de "diarios" y que actualmente no tiene.
Con el paso del tiempo tras el atropello mortal, ha explicado que comenzó a colaborar como voluntaria en una residencia de mayores "para intentar estar bien" consigo misma y que tuvo un ingreso médico por intentar suicidarse: "No encontraba sentido a mi vida, quería dejar de vivir, pero mi marido llegó a tiempo y me ingresaron de urgencia".
Ahora, ha dicho, "intenta seguir adelante con su hijo y con ayuda de su familia".
"He esperado este día para que se imparta justicia", ha concluido su declaración, a la que ha seguido la de su pareja que solamente ha reconocido que no impidió que la principal acusada se pusiera al volante.
Según el escrito de acusación, sobre las 18:37 horas del 8 de mayo de 2022 Patricia G. circulaba por la plaza Alcalde Moreno Torres hacia Ingeniero Emilio Herrera con un vehículo del que su pareja Enrique J., que era el conductor habitual, aunque es esa ocasión se encontraba en el asiento del copiloto.
El hombre, tal y como se afirma en el escrito de acusación, era consciente de que su pareja no tenía carné de conducir "y a pesar de ello le permitió que fuera conduciendo el vehículo", cuando además un hijo de ambos menor de edad iba en el asiento trasero.
En concreto, se trataba de una calzada doble con tres carriles para cada sentido con una anchura de siete metros o más. Era una glorieta sin obstáculos en la vía y con una limitación de velocidad genérica de 50 km/h.
Recuerda el escrito del fiscal que la visibilidad ambiental era buena "y la iluminación con luz del día natural, siendo un día despejado, con la circulación fluida y el trafico normal en el momento del atropello".
Con carácter previo al impacto, las peatonas M.N.H.G. y M.L.M.M., de 71 y 78 años, respectivamente, se encontraban correctamente paradas en la mediana ajardinada que separa los carriles ascendentes y descendentes de la avenida Ingeniero Emilio Herrera.
La acusada, que circulaba a una velocidad excesiva, perdió el control del vehículo, que derrapó durante 12,3 metros, se salió de la carretera y arrolló a las dos peatonas, que fallecieron.