Las fuerzas ultras sacuden la UE, pero los partidos europeístas retienen la mayoría
La gran coalición entre populares, socialistas y liberales retienen el poder y la AfD, Le Pen y Meloni lideran un avance histórico
El auge histórico de la ultraderecha sacudió este domingo el escenario político comunitario. Los partidos de extrema derecha lograron abultados resultados al menos en cinco de los países fundadores de la UE: Francia, Alemania, Italia, Bélgica y Países Bajos. Pese a ello, la denominada Gran Coalición europeísta entre populares, socialistas y liberales retendrá el control de las principales instituciones, como la Comisión y la Eurocámara.
El ganador de las elecciones estaba claro: el Partido Popular Europeo (EPP), con 186 escaños. Los socialdemócratas (S&D) seguirán siendo la segunda fuerza del Parlamento con 133 eurodiputados. Durante el primer tramo del recuento de votos anoche, la principal incógnita residió en si la pérdida de papeletas de los liberales frente a la ultraderecha pondría en peligro la coalición de gobierno vigente hasta estos comicios Los resultados, sin embargo, trajeron cierta calma y dieron la mayoría (a partir de 361 asientos) a populares, socialistas y liberales, según los resultados nacionales provisionales disponibles.
A falta de que se defina la configuración definitiva de los grupos políticos del hemiciclo -algo que ocurrirá en las próximas semanas-, los números apuntan a que estas tres fuerzas mantendrán el control de las principales instituciones europeas -la Comisión, el Consejo y el Parlamento- con 401 representantes. La pérdida gradual de escaños ya obligó en la pasada legislatura a abrir la coalición a los liberales y muestra signos de desgaste en la fórmula. Evidencia que será necesario lograr el apoyo de otros grupos para sacar adelante determinadas políticas.
Este fenómeno explica que la candidata del EPP y la favorita a presidir la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, haya sugerido la posibilidad de una unión de centro-derecha con el grupo de los Conservadores y Reformistas (ECR) -del que forman parte Vox y el partido de Giorgia Meloni, Hermanos de Italia-, y que ha logrado 70 escaños.
No es la única. Marine Le Pen, cuya Agrupación Nacional se encuentra en el grupo de ultraderecha radical Identidad y Democracia (ID) -con 60 escaños, trece más que en 2019-, también ha tendido la mano a la primera ministra italiana para formar la «segunda fuerza» de la Eurocámara.
El avance de la ultraderecha fue especialmente notorio en los grandes países de la UE. En Francia, el discurso lepenista cosechó más del 31% de las papeletas. El presidente Emmanuel Macron disolvió anoche la Asamblea Nacional y convocó elecciones. Mientras, en Alemania, el partido AfD (expulsado recientemente de ID) se convirtió en la segunda fuerza, con más del 16% de los votos. En Italia, el alza del partido de Giorgia Meloni y La Liga del también ultraderechista Matteo Salvini es algo que los sondeos dan por hecho. El único de los grandes países que se resiste a esta tendencia es España, donde Vox ha sido la tercera fuerza más votada. La ultraderecha también se ha hecho fuerte en Países Bajos, Bélgica y Austria, entre otros.
Caen los liberales y los verdes
Los grandes perdedores de estas elecciones son el grupo de los liberales (Renew), del que forma parte Ciudadanos y el PNV, y que ha visto reducida su representación en 20 escaños (en el nuevo Parlamento tendrán 82)-, y el de Los Verdes. En este se encuentra Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que ha logrado 18 eurodiputados menos de los 53 que registró en los anteriores comicios europeos. La fuga de votos de los liberales y conservadores hacia la extrema derecha se explica por la eliminación del cordón sanitario en países como Suecia y Países Bajos. El grupo de La Izquierda -del que forman parte Izquierda Unida (IU) y Podemos- resiste con una pérdida mínima de un escaño (ahora tendrá 36).
Crece el número de eurodiputados no inscritos y aquellos partidos que han logrado por primera vez una representación en el Parlamento Europeo. En total suman unos cien escaños, por lo que su integración en ciertos grupos podría influir en la configuración final del hemiciclo.
Los equilibrios de la Eurocámara serán decisivos para la orientación política y la aprobación de leyes comunitarias. Influirá especialmente en las políticas verdes.