SANFERMINES 2024
El voluntariado de Cruz Roja en Sanfermines y el “impagable” cariño de la ciudadanía
María Montoya
Ocho años como socorrista de la Cruz Roja durante las fiestas de Pamplona avalan la trayectoria de la voluntaria Elena Lacosta, una sanferminera que dedica las vacaciones de su trabajo al voluntariado y que considera “impagable” el cariño con el que les corresponde la ciudadanía.
A ella y a un total de 350 personas, de Pamplona y otras Asambleas de Navarra y de fuera de la Comunidad, que celebrarán este 2024 los 160 años de existencia de la Cruz Roja integrando un dispositivo sanitario que se ocupa de las atenciones en el encierro pero también de otros muchos actos, hasta 100 en todas las fiestas, en las que el pasado año sumó 1.060 personas atendidas. De ellas, 318 lo fueron en el encierro, desde donde se realizaron 24 traslados a centros médicos.
De este dispositivo forma parte esta trabajadora social de 55 años, que en entrevista con EFE explica que "no todos son socorristas ni sanitarios"; porque los hay también responsables de logística y otros cometidos. En el caso del encierro los voluntarios no tienen un puesto fijo, sino que el responsable va rotando su designación “porque el perfil de corredores y la situación de la carrera varía en cada uno de los tramos, y es bueno que vayamos cambiando”.
Cada puesto en el encierro tiene su parte mágica
En cualquier caso no oculta su preferencia por la cuesta de Santo Domingo “un puesto emblemático”, donde “los toros corren mucho” y los corredores son “los de toda la vida. Es un perfil diferente al de Estafeta, donde hay un mayor volumen de personas de fuera, o al del callejón, donde todo el mundo quiere entrar en la plaza al precio que sea”. “Pero cada puesto tiene su parte mágica”, concede.
Sobre la masificación de los encierros, señala que es en buena parte lo que le dota de peligro, aunque en sus ocho años de experiencia no ha asistido a “nada grave que me haya marcado como para plantearme qué hago aquí”, pero sí ha presenciado alguna cornada, recuerda sobre todo una en la axila de un corredor al que no le dio tiempo de subir al vallado en el callejón en un tramo abarrotado.
“Cada día tiene sus cositas especiales”, reconoce Lacosta, quien valora que para afrontarlos con rigor Cruz Roja pone en marcha un ingente trabajo muchos días antes del inicio de los Sanfermines, “porque esto no se planifica de un día para otro”. Además cuentan con el apoyo de voluntarios de toda Navarra y del resto de Asambleas de Cruz Roja Española, lo que hace aún más “entrañable” el reencuentro cada año con compañeros ya conocidos.
"La gente nos respeta muchísimo"
Sobre la relación con la ciudadanía, la socorrista considera que en los Sanfermines “tenemos nuestro espacio. Además la gente también nos respeta muchísimo. Cuando ven correr a un chaleco se apartan, da igual que sea en Jarauta las 5 de la mañana”, dice sobre esta conocida calle icono de la juerga en las fiestas.
Así, recuerda que además de en los encierros Cruz Roja asiste con la red de transporte urgente, acude a emergencias médicas allá donde se les requiera, y también presta servicio preventivo en casi un centenar de actos programados con previsión de asistencia multitudinaria. También, gestiona la conocida como “coctelera”, a la que se traslada a quienes presentan intoxicaciones etílicas no graves.
“Intentamos colaborar para que no se colapsen las Urgencias, y creo que es una labor fundamental sin la que sería muy complicado” que funcionara correctamente el servicio sanitario ordinario, al que no llegan los casos más banales gracias a su intervención y a la de otros colectivos como la asociación DYA.
Participar en este dispositivo obliga a un compromiso, a madrugar y a trasnochar según los turnos, “pero da tiempo a salir y a disfrutar” de las fiestas, asegura una Lacosta a la que le gustan “los Sanfermines de día”, animados con la Comparsa de Gigantes y Cabezudos y premiados con “el vermú”.
Lo que le gustaría es “que pudiéramos disfrutar todas y todos con seguridad en las fiestas” y para ello pide “disfrutar con responsabilidad. Todos y todas tenemos derecho a disfrutar de la fiesta sin miedo, con seguridad, colaborando y compartiendo. Todos y todas necesitamos salir a disfrutar y a pasarlo bien”.
Unas fiestas sin igual
Preguntada por los valores de las fiestas de Pamplona, se hace eco de la letra del conocido Riau-riau, "porque el maestro Astráin lo dijo muy alto y claro: Son unas fiestas diferentes, unas fiestas sin igual”. “El ir todos vestidos el blanco y rojo, hace que dé igual quién seas y lo que seas, pero no es un uniforme, es algo más”.
Y por ello vive los días previos a los Sanfermines como “un momento emocionante y con ganas sobre todo de que encaje todo el dispositivo”, un detalle que la ciudadanía no pasa por alto cuando aplauden y animan a los voluntarios al ver cómo estos acuden a colocarse a sus puestos del encierro. “Es un momento impagable”, zanja Elena Lacosta.