Page avisa con un «hasta aquí» al líder del PSOE y alienta que el Congreso pare el pacto
Las costuras del PSOE a nivel territorial comienzan a romperse a cuenta del pacto con Esquerra para investir como presidente de la Generalitat a Salvador Illa a cambio de un concierto fiscal para Cataluña. La rebelión interna la lidera el presidente de Castilla-La Mancha. Emiliano García-Page, el único dirigente autonómico socialista que gobierna con mayoría absoluta tras el batacazo del PSOE en las elecciones de mayo de 2023, compareció ayer apenas media hora antes de que Pedro Sánchez hiciera su habitual rueda de prensa de balance de Gobierno antes de tomar sus vacaciones estivales.
El barón socialista, el más crítico de entre todos con la gestión del presidente del Gobierno ya antes incluso de que llegará a la Moncloa, no nombró ni una sola vez por su nombre al secretario general del PSOE. Tampoco hizo falta porque sus mensajes fueron tan claros que no quedó duda alguna sobre el destinatario. Page acusó a Sánchez de «abandonar su programa político, su código ideológico y sus convicciones» a cuenta del «obsceno» concierto fiscal para Cataluña firmado con Esquerra en favor de la presidencia de Illa. Aún así, el barón manchego se deshizo en elogios hacia el ex ministro de Sanidad, del que dijo que, de poder gobernar, gracias a su carácter de político «tranquilo» sería capaz de «desmontar uno tras uno cada uno todos los montajes del independentismo». Eso sí, insistió en que para su investidura no se dé cesión alguna al independentismo. Page, alcalde socialista de Toledo entre 2007 y 2015 y elegido presidente de Castilla-La Mancha durante las últimas tres legislaturas, denunció que el jefe del Ejecutivo ha cedido ante el independentismo sucesivamente con los indultos, la reforma del delito de malversación, la amnistía y, ahora, con el concierto fiscal. «Hasta aquí», zanjó Page, quien acto seguido dio por seguro que el PSOE no apoyará el acuerdo y dejó en el aire que los ocho diputados socialistas castellano manchegos lo hagan en el Congreso. «Los ataques personales me llegarán seguro y me llamarán facha», aseveró Page, quien dedicó una parte de su discurso al «pasado humilde» de su familia y su compromiso con la izquierda y con un PSOE que «nació para combatir la desigualdad» y no para favorecerla como, dijo, propone el «egoísmo». «A mí me alegra ser él de siempre y no cambiar de opinión», lanzó a modo de otra andanada contra Sánchez.