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Cuenta atrás para Illa con Puigdemont a punto de ‘asaltar’ la política española

Todos son conscientes de que Josep Rull podría suspender la investidura en el caso de que el prófugo sea detenido

El expresidente de la Generalidad catalana, Carles Puigdemont.GLORIA SÁNCHEZ

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efe/ c. cándido
Barcelona

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El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha anunciado este miércoles que ha «emprendido el viaje de retorno del exilio» para intentar asistir al pleno de investidura de Salvador Illa y JxCat ya ha convocado un acto de recibimiento en Barcelona para hoy a las 09.00 horas.

El acto, en el paseo Lluís Companys, cerca del Parlament y delante de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, está previsto que se celebre justo antes de que, a las 10.00 horas, se inicie el debate de investidura de Illa, aunque si Puigdemont fuese detenido fuentes parlamentarias dan por hecho que el pleno sería suspendido por el presidente de la cámara catalana, Josep Rull.

Ayer mismo, Puigdemont difundía un vídeo de dos minutos en redes sociales en el que se hace eco de esta sesión parlamentaria. Con una escenografía que no revela ni dónde ni cuando ha sido grabado el mensaje, junto a las banderas catalana y europea y delante de una pared blanca, Puigdemont reitera su intención de regresar, tras casi siete años huido, para asistir a la sesión de investidura de Illa en calidad de diputado de JxCat en el Parlament. «En condiciones de normalidad democrática, que un diputado como yo anuncie su intención de asistir a la sesión sería innecesario, irrelevante, pero las nuestras no son condiciones de normalidad democrática», señala, antes de recordar que tampoco el exconseller y diputado de Junts Lluís Puig puede asistir «libremente» al pleno, ya que el Tribunal Supremo «se niega a obedecer la ley de amnistía», pese a que está «en vigor y es de obligada aplicación».

Mientras, Salvador Illa da el repaso final al discurso que le convertirá en presidente de Cataluña. Ochenta y ocho días después de las elecciones y tras casi tres meses de arduas negociaciones, el candidato del PSC afronta su investidura ante un Parlament más dividido que nunca. El nuevo ciclo «será para todos los catalanes, piensen lo que piensen, hablen la lengua que hablen y vengan de donde venga», auguró Illa tras constatarse el triunfo electoral del 12 de mayo. Lo hará enarbolando la bandera de los servicios públicos, la defensa de un pacto fiscal para Cataluña sellado en su alianza con Esquerra y su apuesta por refuerzo del autogobierno. Pero a pocas horas de que comience la sesión, Illa y sus socios de investidura asumen que no las tienen todas consigo. En condiciones normales, el pleno está planificado para que se desarrolle en un único día. Empezará con el discurso del candidato que, sin límite de tiempo, expondrá su programa y después se suspenderá la sesión para permitir a los grupos preparar sus réplicas. A continuación, los líderes parlamentarios intervendrán con un tiempo máximo de 30 minutos e Illa podrá responderles. Terminado el debate, se procederá a la votación pública y por llamamiento. Al secretario general del PSC le bastarán los 42 votos de su formación, los 20 de ERC y los 6 de los comunes para ser investido en primera ronda. Pero el retorno y arresto del líder de Junts podría obligar a suspender o aplazar la sesión, tal y como desean los postconvergentes y podría propiciar el presidente del Parlament, Josep Rull. El reglamento de la Cámara no recoge ni regula este supuesto pero sí que dos grupos parlamentarios pueden forzar una convocatoria de la Diputación Permanente para fijar una nueva fecha. En este escenario de máxima incertidumbre, la preferencia de los socialistas es que la investidura se celebre «en un sólo día y lo antes posible», expresó ayer la portavoz del PSC en el Parlament, Alícia Romero. La intención, si el pleno se suspende, es que se convoque otro la semana que viene, a más tardar, el jueves 15 de agosto.