Bolaños evita entrar al choque con el Supremo por la amnistía
El ministro de Justicia, Félix Bolaños, evitó ayer entrar al choque directo con el Tribunal Supremo en torno a la aplicación de la ley de amnistía. Un día después de que el titular de Transportes, Óscar Puente, acusase al alto tribunal de «extralimitarse» al no perdonar el delito de malversación al expresident catalán Carles Puigdemont, Bolaños se circunscribió a ratificar la posición del Gobierno e invitó a esperar a la resolución de la Sala de Apelaciones del Tribunal Supremo. «Ya en su día mostramos nuestra discrepancia con los argumentos jurídicos, también con las valoraciones políticas que hacía esa resolución del Tribunal Supremo», resumió Bolaños.
«Discrepancia»
Acompañado del propio Puente, en declaraciones a los medios tras su visita a las obras del AVE a Almería y sin perder el tono crítico, el titular de Justicia describió la postura del Ejecutivo como «una discrepancia que comparten todas las partes que están personadas en ese procedimiento, excepto Vox», deslizó, en un cuestionamiento velado a los magistrados. «Somos un Estado de derecho, por tanto, contra las resoluciones contra las que uno discrepa, lo que cabe es presentar recursos», afirmó a preguntas de los periodistas. De esas diferencias Bolaños hizo partícipes a la Abogacía del Estado y la Fiscalía -que ya han recurrido, apuntó- para insistir en aguardar a que «la sala de apelaciones acoja los argumentos jurídicos y se pueda aplicar con toda normalidad la ley amnistía».
Las relaciones entre el alto tribunal y el Ejecutivo son tensas pero la tesis de Moncloa es que el expresident catalán se acogerá a la norma porque «el propósito y la letra de la ley tiene una claridad meridiana», subrayó.
Incidió en que si la causa deriva en una «orden activa de detención sobre esa resolución judicial, sin ninguna duda, esa orden de detención hay que aplicarla», zanjó.