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Feijóo exige deportaciones en masa

El enfrentamiento entre Gobierno y PP por la crisis migratoria se agrava y aleja un pacto

Pedro Sánchez con el presidente de Gambia, Adama Barrow en Banjul (Gambia). FERNANDO CALVO

Publicado por
Cristina Cándido
Madrid

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Sin consenso para tratar de llegar a un acuerdo y reformar la ley de extranjería, la crisis migratoria se ha convertido en un nuevo arma arrojadiza entre Gobierno y oposición en el inicio del curso político. En el marco de la gira de Pedro Sánchez por Mauritania, Gambia y Senegal para intentar frenar los flujos migratorios desde este continente, Génova elevó ayer el tono exigiendo «deportaciones masivas» y Moncloa entró al choque equiparando a los populares con la ultraderecha de Vox.

Apenas unas horas después de que Sánchez se refiriera en Nuakchot (Mauritania) a la inmigración como una «necesidad» para el futuro de España, Núñez Feijóo acusó al Ejecutivo de provocar un «efecto llamada» de los inmigrantes irregulares. «En vez de ir a África a combatir las mafias, Sánchez promociona España como destino», denunció en la red social X. El jefe de la oposición exigió que «quien venga» lo haga con «contrato en origen y carta de cumplimiento» de las leyes españolas. Y lamentó que «al revés que el resto de la Unión Europea», donde se apuesta por deportaciones masivas, el Gobierno está alentando la inmigración irregular.

Irónicamente, las divergencias entre Gobierno y PP sí tienen un punto de encuentro: el contrato en origen. La «migración circular» por la que está apostando Sánchez en su viaje —formar a personas para que acudan a España a cubrir la mano de obra que precisan empresas nacionales en determinadas campañas o periodos concretos con el compromiso de regresar a su país de origen cuando termine el trabajo— no difiere tanto del «modelo efectivo de migración vinculado al mercado de trabajo» no difiere tanto del "modelo efectivo de migración vinculado al mercado de trabajo" que los populares pidieron desarrollar, junto a otras medidas, en la proposición no de ley que registró la semana pasada en el Congreso. 

Pero más allá de esta cuestión, el resto son discrepancias que el partido conservador ha plasmado en trece medidas de su plan migratorio y que pasa por un aumento de los medios humanos y materiales para proteger las fronteras. Un conjunto de demandas que el PP plasmó en su plan de inmigración y que este jueves el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, calificó de "una colección de excusas para decir que no" a la reforma de la ley de extranjería. Algo más de un mes después de que el PP tumbase junto a Vox y Junts esta iniciativa en el Congreso, Tellado volvió a rebajar las opciones sobre un pacto cercano en materia migratoria. 

"Nuestra postura es clara, pero el Gobierno nunca quiso dialogar", afirmó en declaraciones a EsRadio. Entre las reclamaciones del PP en julio, estaba la celebración de una Conferencia de Presidentes, la declaración de la emergencia migratoria en todo el país o el reforzamiento de las fronteras para taponar el goteo constante de cayucos en las costas. 

El PP, pese a la petición de su socio de Gobierno canario, Fernando Clavijo, y de su propio partido en Ceuta, de encontrar soluciones para aliviar la presión migratoria en sus costas, no está por la labor de que el Ejecutivo "haga recaer en las comunidades la problemática" sin asumir ningún compromiso sobre una competencia exclusiva del Estado, lo que aleja la posibilidad de que el Gobierno, a través de un real decreto ley, impulse de nuevo la reforma como pide Coalición Canaria, sin contar con los apoyos necesarios previamente.

Discurso alarmista 

El martes fue la ministra portavoz Pilar Alegría la que acusó al PP de copiar las políticas de la ultraderecha en materia de inmigración en vez de recoger la "mano tendida" del Ejecutivo. Precisamente, este fue el argumento que esgrimió el coro de ministros que salió a criticar el posicionamiento adoptado por el PP y cuestionar el papel de Feijóo como jefe de la oposición en un tema de estado como es la inmigración. 

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, le acusó de estar corriendo detrás de Vox en un discurso "xenófobo y alarmista" y la titular de Vivienda, Isabel Rodríguez, tildó el mensaje del jefe de los populares de "bajeza moral, que no se puede permitir al jefe de la oposición". Por alusiones, el líder de la extrema derecha, Santiago Abascal, aprovechó la coyuntura para cargar a partes iguales contra la dirección nacional de Génova y Moncloa y desmarcarse del PP en un asunto nuclear para sus votantes.

 "Los españoles van a tener que empezar a defenderse de verdad", defendió en la red social X. A su juicio, las llegadas irregulares son "una invasión promocionada" por el Gobierno y el PP de "sus amos internacionales", señaló, en una referencia explícita a la presidenta de la Comisión Europea y líder del Partido Popular Europeo, Ursula von der Leyen, pero también a la candidata del Partido Demócrata de EEUU y rival de Donald Trump en las próximas elecciones presidenciales, Kamala Harris.