Sánchez encoleriza a Sumar con su viraje sobre las repatriaciones
Urtasun reitera las críticas de Díaz y Robles recuerda que el presidente decide en el Ejecutivo
El alineamiento de Pedro Sánchez con la «imprescindible» devolución de inmigrantes en situación irregular ha despertado de su letargo a Sumar. El socio minoritario del Gobierno, que se ha mantenido al margen del debate político en cuestiones como el colapso que sufren Canarias y Ceuta o la financiación singular en Cataluña, reapareció en escena tras la gira africana del presidente para marcar perfil propio. Sin ninguna alusión directa al jefe del Ejecutivo, la vicepresidenta Yolanda Díaz fue la primera en mostrar su irritación y desvincularse abiertamente del cambio de marcha sobre las repatriaciones. Tampoco lo hizo expresamente el ministro Ernest Urtasun, pero sí volvió a pedir «no caer en la trampa de los discursos de la derecha y la extrema derecha». No tardaron en enmendar de inmediato la plana a sus colegas desde el ala socialista del Consejo de Ministros. «Sumar está en el Gobierno y la posición del Gobierno en esta materia la marca el presidente —afirmó la titular de Defensa Margarita Robles—, que ya ha expuesto clarísimamente la posición», en referencia a la migración «regular» y «ordenada»- que exhibió Sánchez en Dakar como colofón a su viaje. En esta línea, el ministro de José Manuel Albares reivindicó la política migratoria «sólida, firme, responsable, pero también humana» del Ejecutivo y zanjó que «quien diga que tiene soluciones milagro o que de un día para otro puede conseguir una emigración cero hacia Europa, está mintiendo y engañando a los ciudadanos». Sumar, aún sin liderazgo tras la salida de Díaz de la dirección, trata de ganar visibilidad en uno de los temas calientes del otoño, donde PSOE y PP acaparan la pugna y donde Podemos también busca su espacio. Antes que la formación magenta, Ione Belarra salió a criticar la postura del Gobierno. «Si Sánchez compra todo el argumentario racista de la derecha nos tendrá tan enfrente como ellos», denunció. Por eso, frente a la fórmula de las deportaciones que demandan desde las filas populares y por la que ha optado el Gobierno socialista de Alemania —presionado por el atentado yihadista en Solingen y a las puertas de los comicios regionales del domingo—, la coalición de izquierdas reivindica retomar el debate parlamentario para regularizar a medio millón de trabajadores inmigrantes residentes en España. Fue el grupo parlamentario de Sumar el que presionó al PSOE para desbloquear los trámites de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) suscrita por 700.000 personas para regularizar a este medio millón de personas. Todos los grupos del Congreso menos Vox la apoyaron. Pero la iniciativa continúa paralizada desde abril.