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Daniel Sancho duerme ya en su nueva prisión entre colchonetas y celdas atestadas

Entrada de la prisión de Samui, donde Daniel Sancho ha estado a la espera de condena.EFE/Concepción Dominguez

Publicado por
José A. González
Madrid

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Las largas jornadas de yoga y muay thai, una disciplina deportiva tailandesa, parecen llegar a su fin. Aunque una cárcel no es un resort, Daniel Sancho, en este último año, no ha vivido la realidad, según cuentan, de las prisiones en el país asiático. Después de ser encarcelado en agosto de 2023 por el crimen del cirujano colombiano Edwin Arrieta, el joven español, ya condenado a cadena perpetua por asesinato premeditado, ha pasado los días en las instalaciones de Koh Samui, un «centro amable» pero, no obstante, muy lejos de la vida de lujo y ostentación de la que Sancho presumía hasta entonces en redes sociales.

Pero ahora le ha tocado hacer las maletas. El destino al que ya ha llegado es Surat Thani, a unos 120 kilómetros de Koh Samui. Ahí le esperan celdas que «son comunas de unos 20 a 24 presos (...). 16 o 17 horas sin comida, solo agua, durmiendo en el suelo con tres mantas».

Aunque está lejos de la fama del ‘Gran Tigre’, Surat Thani también destaca por la peligrosidad de sus inquilinos. De hecho, algunos de ellos están a la espera de la ejecución de la pena capital. En esta nueva prisión, Sancho convivirá con más de 5.400 presos, diez veces más de los que tenía como compañeros en Koh Samu, muy por encima de su capacidad.

Esta será la casa de Daniel Sancho, al menos, durante los doce próximos meses. ¿Y cuando la sentencia sea firme? Las autoridades tailandesas pueden valorar trasladarlo a otra prisión o mantenerlo. La defensa de Arrieta pedía el traslado a Bang Kwang. Una u otra, tendrá que adaptarse. Si ni el Tribunal de Apelaciones de Tailandia o su Tribunal Supremo no cambian el dictamen del juez del Tribunal Provincial de Samui, Sancho tendrá que pasar toda una vida entre rejas. Salvo que logre cumplir pena en España.

Su destino

El hijo de Rodolfo Sancho evita, de momento, la temida Bangkok Hilton, pero la nueva prisión es igual de peligrosa