Ferraz reta a los críticos a que tengan "agallas" y muestren su malestar en el Comité Federal

La Ejecutiva Federal del PSOE marcó ayer en rojo la fecha del Congreso en el que Pedro Sánchez aspira a revalidar y reforzar su liderazgo: a partir del 29 de noviembre en Sevilla. Los pormenores se acordarán en el Comité Federal del 7 de septiembre en el que se activará la maquinaria para la renovación orgánica del partido y, en cascada, de todas las direcciones regionales, provinciales y locales. El PSOE se sumerge así en un proceso que se prolongará durante meses, con vistas a que el relevo se complete, a todos los niveles, antes del verano de 2025, y con la vista puesta —siempre y cuando no haya un adelanto electoral— en los comicios en Castilla y León y Andalucía de 2026.

El Congreso se celebrará en un momento clave para el partido, en pleno debate sobre la financiación singular acordada entre el PSC y Esquerra a cambio de la investidura de Salvador Illa, y que ha provocado un malestar manifiesto en muchas federaciones socialistas más allá de las siempre críticas de Castilla-La Mancha y Aragón, lideradas por Emiliano García-Page y Javier Lambán. «Es opinable», se limitó a decir al respecto la portavoz del PSOE, Esther Peña, sobre estos reproches públicos que han dado munición a la oposición para cargar contra el Gobierno y el PSOE.

La cúpula socialista minimiza el descontento que el pacto ha provocado en sus filas y llama a solucionar las disputas internamente. Para ello, emplazan a los miembros del partido descontentos a manifestar sus reticencias sobre este asunto en presencia de Sánchez en el Comité Federal del sábado, que a diferencia de la Ejecutiva, sí tiene una representación más amplia. «Será el espacio idóneo» para mostrar estos disensos, resumen en Ferraz.

«Agallas»

La tesis de la dirección nacional es que el acuerdo para Cataluña abre una ventana de oportunidad y es extensible para negociar el modelo de financiación de todas las comunidades autónomas. Este lunes, al término de una reunión Ejecutiva que se prolongó más de dos horas, la portavoz del PSOE volvió a redundar en el mensaje de que se trata de una oportunidad para negociar mejores condiciones para las comunidades. Evitó la palabra proscrita, «concierto», para reclamar a todos los presidentes autonómicos «muchos del PP», apostilló, que tengan las «agallas» de plantear su propuesta en materia de financiación que «defienda el interés de sus vecinos, el interés de sus territorios y que defienda los servicios públicos», retó la portavoz.

Peña incidió en que muchas comunidades ya cuentan con singularidades en su financiación e incluso recogidas en sus estatutos de autonomía. «A veces el ruido es ensordecedor y no nos damos cuenta de que lo que criticamos en la casa de al lado lo tenemos escrito con orgullo en la propia», señaló. Citó como ejemplo las singularidades de territorios como Canarias y Baleares debido a su insularidad o de provincias como Teruel, Cuenca y Soria, con bonificaciones sociales para combatir la despoblación.

Para el PSOE, «hay ciertas cosas que han tocado techo» en las normas institucionales de las comunidades autónomas, por lo que la apuesta del Congreso Federal es hablar de vivienda, de la mejora de los servicios públicos y del modelo de reforma de financiación. «Hay que definir nuevas competencias autonómicas y ahí será el lugar más idóneo donde todos los miembros de este partido que acudan como delegados puedan participar», resumió Peña.

Blindarse

Más allá del blindaje con el que el secretario general de los socialistas busca afianzarse en el liderazgo ante un futuro de legislatura incierto, con los Presupuestos Generales para 2025 aún en el aire, Peña justificó el adelanto del Congreso por la necesidad de «un refuerzo del armazón ideológico del partido para hacer frente a los nuevos desafíos que afronta la sociedad».

Además de los futuros cambios que se derivarán del Congreso Federal, la dirección nacional también asume una próxima remodelación en el Ejecutivo, pese a que aún no se han cumplido ni doce meses desde la investidura de Sánchez. «Cambios en el Gobierno tiene que haber», reconoció Peña, al tiempo que se descartó como candidata para esa futura reestructuración. En Ferraz recalcan que el presidente «tiene cuerda para rato» y que la legislatura «tiene muchos retos por delante que terminará en tiempo y forma», lo que aleja a priori un adelanto de las elecciones generales.