Exteriores amplía contactos con Caracas para liberar a los dos españoles presos
Edmundo González y José María Aznar ayer, en la Fundación Faes. DAVID MUDARRA
El Ministerio de Asuntos Exteriores continúa intensificando las «gestiones oportunas» para tratar de resolver la situación de los dos españoles detenidos por el régimen de Nicolás Maduro y acusados de delitos de «terrorismo» y de formar parte de un complot para «desestabilizar» el país. Aunque el Gobierno sigue negando tajantemente que José María Basoa y Andrés Martínez Adasme sean agentes del CNI y sus allegados los describen como simples turistas, la situación de ambos, vecinos de Bilbao, comienza a ser delicada después de que fuentes diplomáticas hayan confirmado que no ha habido novedades desde que se anunció su detención.
El sábado por la noche el ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, dio a conocer con gran pompa, durante una emisión televisiva especial, la detención de los dos españoles junto con tres estadounidenses y un checo. La embajada española en Caracas envió entonces una nota verbal al Gobierno de Maduro pidiendo el acceso a los detenidos, con el fin de verificar sus identidades y su nacionalidad y, de ser verificadas, conocer de qué se les acusa exactamente y que puedan recibir toda la asistencia necesaria. Exteriores no ha facilitado desde entonces más detalles y se desconoce si los dos vecinos de Bilbao siguen incomunicados o han podido recibir asistencia consular.
La Dirección General de Consulares y el Gabinete del Ministro, por su parte, «se mantienen en permanente contacto con las familias de los detenidos», explican desde el departamento que dirige José Manuel Albares. Las familias de Basoa y Martínez, en cambio, llevaban buscándoles desde el 2 de septiembre, cuando mantuvieron el último contacto. No denunciaron las desapariciones a la Ertzaintza hasta el 9 de septiembre, cuando comenzó la escalada de tensión diplomática con Venezuela tras la llegada del líder opositor Edmundo González.
La cónsul de Venezuela en Bilbao, Glenna Cabello, hermana de Diosdado Cabello, aseguró ayer que «la zona» en la que se encontraban Basoa y Martínez «está militarizada». «No se trata de un destino de turismo masivo, se encuentra al sur del país, en la frontera con Colombia, en una zona de seguridad», precisó.
Cabello recibió a los familiares de los jóvenes de Bilbao, de 35 y 32 años, el pasado lunes, 9 de septiembre. Las familias le transmitieron su preocupación por la falta de noticias de los dos turistas y ella les «aconsejó» que acudieran a la Ertzaintza a presentar una denuncia por su desaparición, como así hicieron. Tras realizar algunas gestiones con su país, al día siguiente les comunicó que estaban detenidos, aunque matiza que desconoce los cargos concretos que se les imputan.
Esta versión coincide con la ofrecida por los medios de comunicación locales. Según el relato que mantiene la prensa oficial del régimen de Maduro, los dos jóvenes habrían sido detenidos por encontrarse en una zona «militar restringida». Allí, relatan, fueron vistos en «conductas sospechosas» por las autoridades venezolanas y que su «actitud nerviosa» durante el interrogatorio había despertado las sospechas de la policía. Además los encontraron sin guía cuando fueron detenidos, en una zona fronteriza con Colombia y conocida por el contrabando y la minería ilegal. «No es habitual que los extranjeros estén allí sin guía», señalaron desde la cadena de radio colombiana Inirida En Vivo, con sede al otro lado de la frontera, ya el mismo día 10 de septiembre, cuando anunciaron la detención de «dos turistas españoles» por parte de Venezuela.
La UE, Aznar y Feijóo
Paralelamente, y cuando este martes se debatirá, tras sendas iniciativas propulsadas por el PP, en el Senado y en el Europarlamento el reconocimiento del líder opositor Edmundo González como «legítimo» ganador de las elecciones venezolanas en detrimento de Maduro, la cuestión sigue centrando el debate político doméstico.
El líder del PP, Núñez Feijóo, se reunirá hoy en el Congreso con González. El líder opositor se reunió con el expresidente José María Aznar en la sede la fundación FAES, en una cita donde el exdirigente popular denunció el «deterioro democrático en ese país».