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La UCO apunta a Venezuela: estuvo en el origen de la compra del chalé para Ábalos

Aldama y varios chavistas comenzaron la operación, pero los testaferros la dejaron tras una crisis bilateral con Caracas en 2021

Ábalos, en el Congreso de los Diputados. BORJA SÁNCHEZ-TRILLO

Publicado por
Melchor Sáiz-Pardo
León

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La sombra del Delcy Rodríguez se va extendiendo por toda la ‘trama Koldo’ mucho más allá de lo que ocurriera la madrugada del 20 de enero de 2020 en Barajas con su misteriosa reunión con José Luis Ábalos, la mano derecha de éste, Koldo García, y el conseguidor de la presunta red corrupta y amigo de la vicepresidenta venezolana, Víctor de Aldama, bajo la sospecha de tráfico ilícito de 104 «barras» de oro. Al margen de la estrecha relación de De Aldama con Rodríguez, acreditada por infinidad de mensajes cifrados entre ambos en los que el empresario decía hablar en nombre del Gobierno español y en los que llegó a organizar una visita para la mandataria bolivariana a pesar de tener prohibida la entrada a la UE, la UCO apunta, en los pies de página de los informes desvelados este octubre, a que el régimen de Nicolás Maduro estuvo involucrado en el origen de la compra del chalé de lujo para el disfrute de Ábalos en la urbanización La Alcaidesa, en la Línea de la Concepción (Cádiz).

La investigación revela que De Aldama y un grupo de destacados chavistas comenzaron juntos las gestiones para hacerse con el inmueble, sin embargo los venezolanos acabaron abandonando la operación tras una crisis diplomática bilateral con Caracas en 2021. Todo empezó, a tenor de los documentos de la Guardia Civil, en diciembre de 2020, cuando la trama quiso recompensar al exministro de Transportes por su hoy investigada intervención para conseguir los contratos fraudulentos de mascarillas con distintas administraciones socialistas. Koldo García y Ábalos se intercambiaron multitud de mensajes y links del portal Idealista para elegir en Cádiz el chalé que De Aldama se disponía a comprar a través de testaferros, pero que, en realidad, iba a ir destinado para el también y todavía entonces número tres del PSOE, que incluso escogió detalles del mobiliario.

El 14 de enero de 2021, seleccionada ya la vivienda por Ábalos, De Aldama reenvió el link al venezolano Rafael Alfredo Ch., al que la UCO define como un «empresario ligado a la compraventa de oro y diamantes, así como al sector del petróleo» y cuyo nombre aparece en el listado (confeccionado por Víctor de Aldama) de fallidas entrevistas que Delcy Rodríguez tenía que haber mantenido en Madrid en enero de 2020 violando el veto europeo de pisar territorio Schengen. El interpelado contestó al conseguidor con un «De la casa me encargo yo».

«A partir de ese momento —relatan los atestados de la Guardia Civil—, se observa cómo Henrique y Katy llevan a cabo tareas ligadas a la compra». Se trata del empresario venezolano Henrique José R. G., muy próximo a Maduro y presidente de una compañía que es socia estratégica de la empresa pública Petróleos de Venezuela. Katy es Diana Katherine C. C., trabajadora de esa misma compañía, según constata la UCO y se le identifica en las agendas de los móviles de la trama. Se trata de una de las cinco personas ligadas al régimen de Caracas a las que la trama procuró salvoconductos «durante los primeros meses de 2021» para viajar a España a pesar de las restricciones por la covid. En ese mismo ‘pack’ de entrada se encontraba, entre otros, Alejandro Jesús C. J., magnate chavista de la construcción.

Después del intercambio de mensajes entre el conseguidor de la trama, Koldo y los tres empresarios bolivarianos detallando la compra, «a fecha 1 de marzo de 2021 Henrique firmó un contrato de arras penitenciales, el cual es localizado de nuevo en el ordenador portátil de Aldama», destapa la UCO. Poco antes, el 4 de febrero, el mismo Henrique R. G. «realizó una transferencia para señalar la casa de La Alcaidesa. Esta operación quedó reflejada en las escrituras de compraventa de la citada vivienda donde se refleja que 6.000 euros fueron abonados por la parte compradora», describe la Guardia Civil. El empresario iba a poner a nombre de su sociedad el chalé para Ábalos, según se infiere de la documentación en poder de los investigadores. La intervención, sin embargo, acabó frustrándose.

«A partir de este momento, por razones aún fuera del alcance de esta instrucción, los ciudadanos venezolanos desaparecen de la operativa de la compra, iniciándose nuevamente con otros actores». La UCO insiste en que no sabe por qué ese grupo desapareció de la compra del inmueble para Ábalos, aunque fuentes de la investigación señalan a una crisis diplomática como la causa más probable de que los supuestos enviados del régimen de Caracas pasaran de forma inusitada de convertirse en los promotores del millonario regalo a la entonces mano derecha de Pedro Sánchez en el PSOE y en el Gobierno a desligarse de esta operación.

Sólo horas antes de la firma de la arras del chalé, la entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya, visitó el 27 de febrero la frontera entre Colombia y Venezuela y denunció la tragedia humanitaria derivada del éxodo de los antichavistas. Aquel viaje desató la airada protesta de Maduro, que anunció que iba a «revisar a fondo todas las relaciones con España en todos los niveles».

Cambio de estrategia

Para el 25 de marzo, y con los chavistas ya fuera, De Aldama fichó para la compra del chalé al empresario Claudio Rivas Ruiz-Capillas, en prisión junto al propio conseguidor por el fraude de más de 182 millones en el IVA de los hidrocarburos. Tras varias gestiones, el nuevo comprador pagó las arras (52.500 euros) el 19 de abril «a través de una de sus sociedades Nextomega Trade S. L.». El 10 de junio se formalizó la compra por 526.500 euros. Exactamente un mes después, el 10 de julio de ese 2021 y por sorpresa, Sánchez sacó del Gobierno a Ábalos dentro de la remodelación acometida en el Consejo de Ministros. En diciembre de ese año, con Ábalos ya caído en desgracia, la sociedad ‘Have Got Time’, a cuyo nombre estaba el chalé, le reclamó el «pago de las mensualidades de agosto, septiembre, octubre y noviembre de la casa de La Alcaidesa», narra la UCO.

A la vista de los atestados, la trama optó por empezar a cobrar el inmueble al defenestrado ya exministro y exdirigente socialista sin influencia. Koldo García, que también había dejado de ser su asesor, se indignó con De Aldama: «Esto ya es la ostia (sic)». La UCO no tiene dudas de que el descenso a los infiernos de Ábalos constituye el principio del fin de su relación con la trama.

Lo que no aclara en sus informes es por qué el régimen de Maduro estuvo tan interesado en su momento en participar en el cohecho al exministro meses después de aquella noche de Delcy Rodríguez en Barajas.