Diario de León

Puigdemont y sus dos ‘negociadores’ con Pedro Sánchez asumirán el control de Junts

El partido actualizará su cúpula y estrategia en el congreso para seguir presionando al presidente pero sin romper

Puigdemont el día que llegó a Barcelona y luego se fugó.Efe

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Cristian Reino
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Carles Puigdemont será elegido presidente de Junts en el congreso que la formación nacionalista celebrará el fin de semana que viene en Calella (Barcelona). El expresidente de la Generalitat ya lidera el partido desde su fundación, en 2020, pero en 2022 renunció a todos los cargos orgánicos para centrarse en el consejo de la república, el gobierno que se pretendía paralelo al Govern tras el ‘procés’.

El contexto político cambió tras las generales de 2023, cuando el ajustado escrutinio convirtió a Junts en pieza clave de la gobernabilidad española. Ahora, el cónclave nacionalista lo que hará es volver a entronizar formalmente a su líder moral como máximo ejecutivo de la formación, según señalan fuentes de los independentistas.

Puigdemont seguirá haciendo tándem con Jordi Turull, que es el actual secretario general y que ya fue su mano derecha en el Govern en 2017, como consejero de la Presidencia durante el referéndum ilegal del 1-O y la nonata declaración unilateral de independencia. El cónclave en Calella —una de las localidades donde Junts tiene alcalde— aupará además a Míriam Nogueras a la cúpula, constatan en el partido. De tal manera que los tres dirigentes con más peso serán los tres que negocian con el Gobierno desde hace más de un año, en Bélgica, Suiza y el Congreso: primero la investidura de Pedro Sánchez a cambio de la ley de amnistía y ahora el apoyo parlamentario para el techo de gasto y, si prospera, para los Presupuestos Generales del Estado.

Que el triunvirato que dirige los contactos con los socialistas sea el que se hace con todo el poder en Junts constituye una buena muestra de la importancia que los soberanistas otorgan en estos momentos a su peso en la Cámara baja. Los postconvergentes cuentan con menos poder institucional que nunca: está fuera del Govern, sólo preside una de las cuatro diputaciones catalanas y no tiene ninguna de las diez principales alcaldías de la comunidad.

Toda su fuerza está hoy en día concentrada en lo decisivos que son sus siete diputados en Madrid: respaldaron la investidura de Sánchez, pero podrían hacerle caer si se sumaran a una moción de censura impulsada por el PP. Junto a Nogueras, el congreso prevé ascender a Mónica Sales, Albert Batet, Toni Castellá, Salvador Vergés, Jeannine Abella y Agustí Colomines. Queda pendiente de resolver el destino para Laura Borràs, la actual presidenta. Su figura ha perdido brillo en el universo postconvergente. Y si en el último congreso, consiguió pactar con Turull el reparto casi al 50% del poder interno, en este ocasión los ‘borrasistas’ quedarán relegados a un segundo plano.

Fuentes de la formación señalan que la expresidenta del Parlament, condenada por corrupción, tendrá un cargo de «consolación», que podría ser la máxima representación del consejo nacional o de la fundación del partido que se creará a partir del cónclave. En estos momentos, Borràs controla la presidencia del partido, una de las tres vicepresidencias y la secretaría de Organización. Mucho poder interno, que tiene los días contados.

Hace unos días, Puigdemont apostó por «nuevos mensajes» y «nuevos liderazgos», aunque él continuará siendo el gran referente. En cuanto a las caras, hay renovación en el escalafón pero no en los dos primeros espadas, intocables y sin apenas contestación interna. En lo ideológico, Junts tiene que resolver muchas dudas a partir del congreso. Sigue sin dilucidar si cae más hacia la derecha o hacia la izquierda, aunque el corpus programático de la formación da cada vez más importancia a las cuestiones que tienen que ver con la seguridad y la inmigración.

Más duros por la competencia

La competencia de la ultra soberanista Aliança Catalana, una amenaza para su electorado en la Cataluña interior, ha llevado a los junteros a endurecer su discurso migratorio: la reivindicación de una agencia catalana de la inmigración está casi al mismo nivel que el concierto económico. Pero hay más debates.

Junts no ha resuelto aún si quiere o no ocupar el espacio libre dejado por la desaparición de Convergència y que el PSC está dispuesto a explorar. Los junteros se erigen en la alternativa a Illa y al PSC, pero al mismo tiempo se plantean cómo tiene que ser su oposición al Govern, pues hay muchos temas en los que pueden coincidir con los socialistas como la financiación singular, la defensa del catalán o la necesidad de acometer grandes infraestructuras como la ampliación del aeropuerto del Prat.

Junts se presenta como la única fuerza 100% independentista, pero con contradicciones: invistió a Sánchez pero no descarta negociar con el PP, como otrora hacia Convergència, ni acabar sumándose a una eventual moción de censura de Feijóo.

En la ponencia estratégica que la formación aprobará este fin de semana, Puigdemont no cambiará su apuesta en Madrid: presión para conseguir cesiones del Gobierno en materia de inmigración, concierto económico y reconocimiento nacional de Cataluña, amenazando con la ruptura pero sin llegar a consumarla; al menos mientras la amnistía sigue en el aire a la espera ya del Constitucional.

«Es necesario confrontarnos políticamente con el PSOE. Hay que mantener en tensión al Gobierno», señala el documento que avalará la militancia juntera.

La baza que les queda

Toda su fuerza está hoy en día concentrada en lo decisivos que son sus siete diputados en Madrid
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