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Buzos de la Guardia Civil y pescadores peinan la Albufera y encuentras tres cadáveres más

Geas salen del embarcadero de El Palmar, en Valencia, en busca de desaparecidos en la Albufera.EFE/ Biel Alino

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Efe
Valencia

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Buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, apoyados con drones del Servicio Aéreo y con la colaboración de embarcaciones de recreo y de pescadores de El Palmar peinan «palmo a palmo» la Albufera para tratar de localizar a personas desaparecidas por la dana cuyos cuerpos podrían haber sido arrastrados hasta esa zona por la riada.Ayer encontraron tres cadáveres, que se suman a las más de 200 víctimas ya contabilizadas.

Así lo explicó el capitán Sergio Hernández, coordinador de las Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil y quien dirige las embarcaciones con doce buzos que van recorriendo la zona apoyados por drones y perros y junto a cuatro embarcaciones, tres turísticas y una de pesca.

Cuando los drones, los perros o los propios agentes localizan algún punto en el que pudiera hallarse un desaparecido, entonces son los buceadores los que entran al agua y descartan esa zona «al 100 % sin dejarnos nada», ha relatado el capitán.

Se va «sectorizando», es decir, dividiendo por cuadrículas el campo de trabajo y a través de los drones, que proporcionan toda la información de la zona, se orienta a las embarcaciones que van batiendo el terreno sobre el agua.

A partir de ahí, ante cualquier indicio, los buceadores se lanzan al agua, que según ha dicho es «completamente negra», por lo que no se ve nada y se tiene que hacer al tacto «y de manera rápida por el riesgo de infecciones y enfermedades».

Además de los doce buzos que trabajan en la Albufera, hay otros doce repartidos por otras localidades.

El capitán explicó que están encontrando víctimas gracias al trabajo de campo de las unidades que están activas de Seguridad Ciudadana y Equipos Roca, con «los ojos sobre el terreno», que les están permitiendo acceder al lugar con facilidad y poder descartar todas las zonas.

El Servicio Marítimo de la Guardia Civil está trabajando en la zona de playa, mientras que los buzos se centran en la zona de la Albufera para revisar «lo que la riada haya podido traer aquí».

La hipótesis que se maneja es que «toda el agua acabará en el mar», por lo que «a medida que vayan pasando, habrá menos posibilidad de que se encuentren aquí desaparecidos», ha señalado.

Manuel Marco, conocido como ‘Manolín’, uno de los propietarios de embarcaciones particulares de la pedanía valenciana de El Palmar, explicó que ayer a las nueve de la mañana salieron cuatro barcas, tres de paseos en barca más un pescador, y se fue a la zona en la que creían que podía haber algo por la corriente, pero vieron muchas cañas, barro, un coche «colgado» al final de barranco, que fue inspeccionado por la Guardia Civil, pero se encontraron en ese lugar solo dos perros.

«Estamos al lado de ellos para lo que haga falta», dijo visiblemente emocionado.

Manolín comentó que la Albufera «es muy grande», tiene una extensión de 3.000 hectáreas, y durante la dana «subió mucho el agua» y trajo gran cantidad de residuo sólidos, por lo que las labores de búsqueda y posterior limpieza van a ser «complicadas».

Por su parte, el capitán Sergio Hernández señaló que se ha coordinado la actuación tanto de drones como de helicópteros e incluso del avión de la Guardia Civil para el traslado del equipo de grandes catástrofes. Los helicópteros (seis trabajando en estos momentos) desde el primer momento han hecho rescates, de personas sobre todo que estaban aisladas.

Esos drones (veinte en total), dijo, incorporan cámaras tanto diurnas como nocturnas y se centran ahora en localizar a los desaparecidos. Cuentan con cámara térmica, que, ha explicado, «era muy útil en los primeros momentos cuando todavía se buscaba a personas aisladas, y ahora se emplea sobre todo la infrarroja».

Mientras, los bomberos continúan sacando del Barranco del Poyo, a la altura de Cheste, los coches que fueron arrastrados por el agua durante la dana de la semana pasada. Los vehículos que ya han sido revisados y en los que no se han encontrado víctimas están marcados con una señal de color verde y apilados en línea. A su lado, las excavadoras los van retirando del cauce del barranco, ahora prácticamente seco.

El apoyo del Ejército, siendo ejemplar, no alcanza sin embargo a socorrer tantas urgencias. Y sigue llegando la ayuda solidaria desde toda España, a cuentagotas. Un contingente de voluntarios jóvenes sigue alli. Un altruista gesto donde la conciencia colectiva puede apuntalar su aspiración de que vuelva a palpitar el corazón de Valencia, cuando se evapore el discurso de la división y fructifique esa otra estrofa del himno de Valencia: ‘Tots a una veu’. Todos a una voz.