El Gobierno niega en todo caso el al PP y afirma que habrá medidas con o sin Presupuestos
El PSOE aumenta la presión sobre Feijóo al anunciar su apoyo a las Cuentas de Mazón
Gamarra defiende que la vía son los reales decretos leyes y que el primero se ha quedado «corto»
Los socialistas niegan tener intención de usar a las víctimas de la brutal dana que ha asolado Valencia como rehenes a fin de que el PP acceda a apoyar unos Presupuestos Generales del Estado claves para la viabilidad de la legislatura y la supervivencia política de Pedro Sánchez. Pero este miércoles aumentaron la presión sobre el primer partido de la oposición con un cambio de guion en la estrategia frontal que hasta antes de la catástrofe mantenían en la Comunidad Valenciana contra el Gobierno de Carlos Mazón. La secretaria general del PSPV, además de ministra de Ciencia en el Ejecutivo de Sánchez, Diana Morant, anunció que ella sí apoyará las Cuentas del Consell, que los populares negociaban ya con Vox, para facilitar que pueda ofrecer las ayudas necesarias para los afectados. La decisión apuntala el marco instalado por el presidente del Gobierno el martes, tras anunciar un primer paquete de ayudas por valor de 10.600 millones de euros. Sánchez defendió que la necesidad de dar respuesta a la tragedia, que ha causado cuantiosos daños humanos y materiales, «multiplica hasta unos límites colosales» la responsabilidad de aprobar los Presupuestos del año próixmo. «Espero que podamos tener el apoyo mayoritario de la Cámara», añadió. Los populares se apresuraron a reprocharle que utilice el «chantaje» emocional para tapar su falta de sostén parlamentario.La número dos del PP, Cuca Gamarra, insistió este miércoles en que supeditar a los Presupuestos las ayudas por la dana, que su partido sí tiene intención de apoyar, «no es el camino». «El camino son los reales decretos, los créditos extraordinarios, las ampliaciones de créditos», dijo. También advirtió de que los 10.600 millones aprobados por el Consejo de Ministros, entre ayudas directas y líneas de crédito, se quedan «cortos» y hará falta mucho más; tanto como los 31.000 millones reclamados el lunes por Mazón.A lo largo de ayer, el Ejecutivo se afanó en desmentir que las ayudas a quienes han perdidos sus casas, sus medios de vida y a seres queridos esté condicionada a la aprobación de una ley que tiene una significación política clara (tanto Felipe González como el propio Sánchez convocaron elecciones en 1995 y 2019 al constatar que sus socios no les daban respaldo). «Tranquilidad a los ciudadanos y las empresas , porque tendrán lo que necesiten» prometió el ministro de Economía, Carlos Cuerpo en La Sexta.El titular de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, alegó que las acusaciones del PP, pero también de Podemos, «están fuera de sitio». Sin embargo, los dos ministros insistieron en que, dado que el plan que se ha diseñado para atender la crisis abarca mucho más que la respuesta inmediata, prevé hacer frente a la reconstrucción y al «relanzamiento» económico de la zona y se prolongará en el tiempo -»dos o tres años», llegó a cifrar Cuerpo- es «lógico» que encuentre su reflejo en los Presupuestos.«Las Cuentas del año 2025 vienen también marcadas por las circunstancias. Y esta es una circunstancia trágica que exigirá, no solamente del Gobierno de España, sino también del resto de las instituciones, empezando por las afectadas, un esfuerzo presupuestario importante», insistió Torres.
Los percheros de la nave de vehículos del Parque Central de Bomberos de Valencia están repletos de embarrados monos de trabajo secándose. El trasiego es constante en la sede. Aparece Amador Gimeno. En la palma de su mano izquierda, escrito con bolígrafo, llama la atención un pequeño texto. «Esto es un servicio que nos ha llegado desde Forn d»Alcedo. Hubo un derrumbamiento y nos están solicitando inspeccionar la casa de al lado para asegurarnos de que está bien. Me han llamado y me he apuntado aquí la dirección«, cuenta el inspector. Una costumbre que adquirió cuando ejercía de ingeniero de montes: »Prácticamente llevaba la oficina portátil en el coche». Su realidad actual es muy diferente. Sobre todo, los últimos diez últimos meses. No todo el mundo está preparado para meterse en las entrañas de dos tragedias como el incendio de Campanar y la reciente dana. Él sí. Amador tiene 52 años y es jefe de la Unidad de Prevención y Protección Civil. Nació en Barcelona, creció en Madrid y se afincó en Valencia. Llegó a la capital del Turia en 1998. Sin saber que el nuevo cauce del río marcaría, tiempo después, la diferencia entre la devastación y la salvación.