OPINIÓN Carlos Carnicero
¿Solo ante el terrorismo?
José María Aznar no quiso desperdiciar su presencia en la Pascua Militar e hizo declaraciones a los periodistas, en contra de la cortesía debida a su anfitrión, el Rey, que una vez más vio su protagonismo robado por el presidente del Gobierno. Muy mal deben estar los sondeos, a tenor de la insistencia de José María Aznar en volver a utilizar el terrorismo como instrumento electoral para su partido. La nueva doctrina de Aznar es que está dispuesto a llevar a cabo las reformas penales en la lucha contra el terrorismo incluso sin consenso con los demás partidos del arco parlamentario. ¿Acaso el PSOE le ha regateado hasta la fecha el más mínimo apoyo y colaboración en la lucha antiterrorista? ¿Se ha negado el partido de la oposición a discutir cualquier modificación, incluso, como en esta ocasión, habiéndose enterado de las nuevas propuestas de José María Aznar por los periódicos? Cuando las cosas vienen mal dadas, de la chistera del presidente siempre salen los mismos conejos, que consisten en presentar al PSOE como un partido irresponsable, sin alternativa y atado por las lacras del pasado. Una posición recurrente que pierde fuerza en la medida que se consolida el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero y también conforme el discurso vacuo del presidente Aznar es sepultado por las deficiencias del Gobierno. Nada más revelador de las carencias de gestión del Gobierno de Aznar que la crisis del Prestige. Ahora, en estos momentos de aprieto para el PP surge la figura de Rodrigo Rato que, ya sin pudor, se postula para candidato a la presidencia del Gobierno. El viceministro de asuntos económicos tiene que decidir si su discurso va a estar cimentado, como hizo Aznar en las elecciones de 1996, en la utilización del terrorismo para desgastar al adversario. Esa escopeta puede impulsar, ahora, los tiros por la culata, porque no es creíble presentar al PSOE como un partido cicatero en la colaboración antiterrorista. El PP tiene por delante tiempos difíciles. Tendrá que justificar ante la opinión pública su apoyo incondicional a Estados Unidos en la guerra que se avecina, y nuestra presencia en el Consejo de Seguridad de la ONU puede ser un arma de doble filo. Haría bien José María Aznar en no seguir abriendo frentes. Quedarse solo frente a los terroristas de ETA, como imagen retórica, no puede dar ya buenos resultados.