Aseguraron que oyeron «vivas» a favor de la banda terrorista pero sin ser capaces de identificar a los autores
Los ertzainas no logran relacionar ante el Supremo a Batasuna con ETA
Trece agentes de la Ertzaintza que elaboraron atestados de actos políticos en los que se corearon consignas de apoyo a ETA declararon
Los agentes contestaron a las preguntas desde el interior de una cámara opaca de color granate que medía más de dos metros de alto e impedía al público y a los periodistas identificarles. Otro compañero suyo que también había sido citado no acudió al Supremo por estar ingresado en un hospital, así que los letrados de las dos partes renunciaron a sus declaraciones. Cinco de los policías participaron en la elaboración de atestados sobre una manifestación celebrada el pasado 11 de agosto en San Sebastián. Fue convocada por el concejal de Batasuna en la capital guipuzcoana Iñigo Balda y estuvo encabezada por dirigentes radicales como Arnaldo Otegi, Joseba Permach, Joseba Álvarez, Jon Salaberria y Josetxo Ibazeta, que marcharon tras una pancarta en la que podía leerse «Stop al fascismo. Democracia para Euskal Herria». La manifestación concluyó con una declaración de Joseba Álvarez, quien aseguró que si Aznar quería «guerra» tendría enfrente la «lucha» de la izquierda radical vasca. Pero ninguno de los agentes pudo asegurar haber visto -ni en persona ni en los vídeos de la policía y de los medios de comunicación- que Álvarez concluyese sus soflamas con un «Gora Euskadi ta Askatasuna» («Viva ETA»). A continuación, las partes interrogaron a otros agentes en relación con una manifestación de apoyo a la ikurriña (bandera vasca) celebrada junto al Ayuntamiento de San Sebastián el 17 de agosto y que concluyó con la quema de una bandera española. En una hábil maniobra, el defensor de Batasuna consiguió que los policías declararan que lo que los encapuchados quemaron al término del acto no era una bandera de España, sino «una pancarta de plástico pintada de rojo y amarillo» por uno de sus lados y con reverso de color blanco. Por último, los policías reconocieron que les resultaba imposible relacionar a los autores de la quema -que llegaron desde el Casco Viejo donostiarra- con las personas que participaron en la manifestación. Después, la sala examinó lo ocurrido el 17 de agosto en un acto de homenaje al ex preso de ETA Patxi Eskisabel, que los demandantes consideran «de ensalzamiento del terrorismo». Un agente identificó a una de las personas que participaron en el acto como José Ángel Catalán Aranguren. «Le conozco por que tiene antecedentes policiales y participa activamente en organizar homenajes y demás», dijo. Pero tampoco pudo relacionar a ese personaje con Batasuna. Los últimos policías fueron interrogados sobre otra manifestación, esta vez contra las extradiciones y las entregas a España de etarras, que tuvo lugar el 13 de julio en la localidad guipuzcoana de Lezo. Aquella marcha iba encabezada por el alcalde y un concejal de la localidad (ambos de Batasuna) que llevaban una pancarta en la que figuraba un logotipo de la organización Gestoras pro Amnistía cuyas actividades fueron declaradas ilegales por Garzón. Al término de la sesión, el representante de Batasuna Iñigo Iruin aseguró que lo sucedido en el Salón de Plenos del Supremo decanta «abrumadoramente» el proceso a favor de las tesis de Batasuna.