El «Nautile» ha logrado sellar ya ocho grietas, pero no terminará su trabajo el 20 de enero como estaba previstoEL DESASTRE DEL «PRESTIGE»
El «Prestige» sigue vertiendo 80 toneladas de fuel-oil cada día
El pecio del «Prestige» sigue vertiendo en torno a 80 toneladas de fuel diarias, a pesar de los esfuerzos
A fecha de hoy, el batiscafo enviado por el Instituto Francés del Mar (Infremer) ha logrado sellar por completo seis de las veinte grietas detectadas entre la popa y la proa de la nave naufragada; otra más está prácticamente obturada (por ella únicamente fluye un 1% de la cantidad inicial), y una octava ha sido parcialmente taponada. Pero a este ritmo será imposible poner parche a todas las fugas antes del 20 de enero, como estaba previsto. Lora-Tamayo no se arriesga ya a hacer predicciones sobre cuánto tardará el Prestige en dejar de sangrar su veneno negro. En un primer momento (hace un mes) la comisión que preside aventuró que, por sus «heridas», el barco expulsaba 125 toneladas por día. El cálculo se quedó corto cuando se supo que, en su tercera campaña, el Nautile había detectado cuatro grietas más de las localizadas inicialmente; es decir, que, en lugar de las dieciséis fugas que se pensaba, había veinte. Sin embargo, ahora dice que, dado los márgenes de error con los que se trabajan, la primera estimación no puede ser corregida «ni a la alta ni a la baja». En las actuales condiciones, los pronósticos son más bien negativos. La prioridad absoluta de la comisión científica es la obturación de las fugas, de la que se encarga el minisubmarino, pero además debe elaborar un informe -que pasará a manos de la Comisión Interministerial del Prestige- en el que ofrezcan soluciones para «neutralizar» el vertido. Según el «calendario tentativo» de Lora-Tamayo, este documento debe estar redactado para mediados de febrero. Pero aún así, advierte, sus sugerencias (serán sólo eso porque dice el científico que «no existen soluciones») no se harán efectivas hasta el verano. Mientras tanto, el Nautile seguirá sus tareas; pero quizá no esté sólo. Aún no se ha descartado la posibilidad de utilizar también un ROV (vehículo operado por control remoto). Este tipo de submarino, que no lleva tripulación, puede trabajar con mayor facilidad ante meteorología adversa.