El Gobierno prepara un plan que recupere las zonas afectadas por el fuel

En Carnota lo tienen claro. Este lunes limpiarán las mismas playas que limpiaron el domingo, y el sábado, y el viernes... Su alcalde, el nacionalista Xosé Manuel García, repite a todo el que quiera oírle que los vertidos que día tras días invaden sus extensos arenales son nuevos, «está claro que el taponamiento (de las fisuras del pecio) «no es suficiente». En Muxía, cuya negra imagen dio la vuelta al mundo mientras el Gobierno negaba la existencia de la marea negra, los vecinos prefieren concentrarse en la limpieza del municipio para no pensar en la bomba de relojería que yace a 3.500 metros de profundidad, mar adentro. Las cofradías de las rías Bajas no olvidaran jamás los primeros días de diciembre, cuando lograron salvar su privilegiada comarca del chapapote encarándolo en la bocana de los estuarios, solos y sin ayuda, a cuerpo descubierto y a brazo partido. La marea no entró, pero los héroes de entonces no bajan la guardia. «Mientras el barco siga ahí tendremos un problema», sabe Francisco Iglesias, patrón de la cofradía de pescadores de O Grove, que no oculta su desconfianza: «Habrá que ver qué respuesta dan los científicos españoles». Negro horizonte Nadie en las rías Bajas quiere pensar que lo peor esté por llegar. Pero así puede ser. El presidente del Centro Interdisciplinar portugués de Investigación Marina y Ambiental (Ciimar), Joao Coimbra, asegura en entrevista concedida a La Voz de Galicia que «a partir de mayo, con el cambio de los vientos al cuadrante norte, el sur de Galicia y el norte de Portugal recibirán el grueso del fuel que surja del fondo». «El impacto puede ser brutal. Será una marea a cuentagotas, que no tendrá un impacto tan grande como el que ataca desde hace semanas Galicia, pero que tendrá un alto potencial contaminante», añade. El Gobierno no abordará qué solución dar al pecio del Prestige hasta que el comité científico que le asesora no diseñe un plan de actuación concreto, lo que todavía se demorará varias semanas. Mientras tanto, el vicepresidente primero del Ejecutivo, Mariano Rajoy, aseguró ayer en Barcelona que la prioridad es preparar un plan especial y específico para indemnizar a las personas perjudicadas por el vertido y recuperar las comarcas más afectadas. Según Rajoy, ese plan será aprobado por el Consejo de Ministros este mismo mes de enero, y así «al final la opinión de los ciudadanos sobre nuestra actuación será positiva, aunque aquí hay muchos que ya se han retratado». El vicepresidente reiteró su conocida valoración sobre lo ocurrido, «una desgracia, y es verdad que algunas cosas se podrían haber hecho mejor, pero también es verdad que se han hecho muchas cosas bien y que los franceses pueden tomar nota». En cambio, «la oposición sólo ha visto el Prestige como una oportunidad para triturar al Gobierno». «Pero no lo han conseguido ni lo harán en el futuro», prometió Rajoy.