Arzalluz no descarta organizar actos con Batasuna como «apoyo moral»

«Qué podemos hacer, no lo sé. No nos suele gustar hacer actos comunes, lo cual no quiere decir que no lo hagamos», indicó, aunque añadió que ambos partidos «tenemos una filosofía y una cultura muy diferente del acto público y no nos gusta vernos mezclados en determinadas expresiones gráficas o verbales». Respecto a las declaraciones de algunos dirigentes de EA, entre ellos el ex lehendakari Carlos Garaikoetxea, que acusaron al PNV de romper las negociaciones con ellos para buscar un acuerdo con los socialistas, Arzalluz se preguntó «qué posibilidades hay hoy de que el PNV pueda tener un acercamiento con el PSOE». «El señor Zapatero no se ha dignado a recibirme en todos estos meses, no ha sido por mí, ha sido por él. No quiere hablar conmigo porque en la otra parte estoy mal visto y, por tanto, consideran que es un acercamiento al PNV», lamentó. «Qué acercamiento ni que nada, ojalá, nosotros sí somos partidarios de tener una buena relación con el PSOE, ya que con el PP son imposibles», aseveró y consideró que las afirmaciones de EA «les desacreditan a ellos mismos». Arzalluz, junto al portavoz del PNV, Joseba Egibar, y el diputado Emilio Olabarria, comparecieron ante los medios para explicar que están de acuerdo con la recusación del presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, planteada por el Gobierno vasco, que, a su juicio, «habla por los codos y debería dimitir por dignidad de su cargo». Tras destacar que no recuerda pronunciamientos como los suyos, subrayó que la terminología de comunidades históricas les es «absolutamente ajena», ya que «la inventaron los que hicieron la Constitución, que nos dejaron a nosotros fuera de la ponencia constitucional». Por otra parte, PNV y EA recuperaron ayer en una maratoniana jornada de mañana y tarde, y en un lugar no desvelado, las reuniones para concurrir en coalición a las elecciones municipales de mayo. Fuentes de ambos partidos confirmaron que el actual será «el tercer y último» intento por cerrar un acuerdo y avanzaron que se desarrollará «en la máxima discreción» y que deberá sortear posiciones de partida muy rígidas por parte de ambos partidos. Arzalluz, desconfió de las reuniones de ayer y dio por «acabado» el proceso «salvo que otro, el propio lehendakari Ibarretxe, intervenga y consiga que EA acepte las bases a las que se llegó o que propusimos».