Cantabria y el País Vasco sufren la mayor invasión de fuel desde el hundimiento
Las comunidades autónomas de Cantabria y País Vasco sufrieron hoy la peor oleada de chapapote desde el hundimiento del petrolero Prestige en aguas gallegas. Inmensas «sábanas» de fuel oil cubrieron de negro sus playas dejando un espectáculo desolador. La situación se vio agravada por el temporal que, por cuarto día consecutivo, obligó al grueso de la flota vasca y cántabra a permanecer en puerto e impidió que se librara en la mar la batalla contra el chapapote. A pesar de las circunstancias adversas y ante la magnitud de la catástrofe, medio centenar de embarcaciones se hicieron a la mar a recoger galipote aunque apenas pudieron penetrar unas pocas millas debido a las altas olas y al temporal. La comisión interdepartamental vasca consiguió activar parcialmente el dispositivo de rastreo por mar con remolcadores y helicópteros que dedicaron la jornada a labores de avistamiento. En Vizcaya las playas más afectadas fueron la de Bakio, Arminza o Sopelana pero la contaminación dañó en mayor o menor medida a los 111 kilómetros de su litoral. En Guipúzcoa las cosas no fueron mejor. Las hasta ahora habituales tortas de chapapote dejaron paso a auténticas «sábanas» de fuel oil y la marea negra alcanzó al Paseo Marítimo de Zarautz y al Paseo Nuevo de San Sebastián. El concejal de playas de la capital guipuzcoana, Alberto Rodríguez, reconoció que «en mis 55 años de vida nunca he visto un espectáculo tan desolador». En toda Guipúzcoa, según la Subdelegación del Gobierno, sólo la playa de San Juan, en Orio, está «aparentemente» limpia. La diputada de Medio Ambiente de Vizcaya, María Esther Solabarrieta, señaló que por el momento «la situación está controlada» pero advirtió de que «lo peor está por llegar» y adelantó que la marea negra causará aún mayores daños en las próximas 48 horas. Para hacer frente a la contaminación la Diputación de Vizcaya y las instituciones guipuzcoanas reforzaron el personal que combate la contaminación que llega a las playas. Si hiciera falta el Ejecutivo autónomo movilizaría a los servicios municipales y sólo en última instancia se recurriría al voluntariado. En Cantabria el espectáculo fue igualmente dantesco, con la práctica totalidad de sus playas teñidas de negro. En el sur de Francia la situación es asimismo de alerta, con una gran mancha avanzando hacia su costa y con las playas teñidas de negro. A pesar de la dureza de la situación, las autoridades galas renunciaron por el momento a movilizar a la flota pesquera y sacarla de puerto para combatir la contaminación en alta mar.