Nuevos vertidos de fuel alcanzan varias zonas abiertas al marisqueo

En las playas, que amanecieron de nuevo repletas de chapapote, la necesidad de trabajar en la mar se vio superada por la realidad más «negra». Junto a los voluntarios, el personal contratado y las tropas del ejército allí destacadas, los pescadores se emplearon a fondo en la limpieza del carburante en localidades como Finisterre, Muxía, Laxe, Corcuvión o las Rías de Pontevedra y Aldán. Numerosas galletas de más de un metro de diámetro y constantes regueros de carburante obligaron a los marineros a salir a la mar armados con sus rudimentarias sartenes de madera para aplacar la nueva marea negra. El fuel, empujado hacia tierra por el viento del oeste, impactó con mayor fuerza que en días anteriores en la costa, mientras algunas manchas de grandes dimensiones fueron avistadas a pocas millas de lugares como Finisterre, punta San Vicente, el cabo de Home, el cabo Silleiro o Baiona. El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Finisterre, José Manuel Martínez, explicó que el vertido no alcanzó las playas aunque el cambio de dirección del viento «traerá el muchísimo fuel que los barcos han avistado frente a la zona». Para Martínez, la pesca en tales condiciones «es algo muy aventurado, por que el fuel está aquí y cada día llega más». Según este marinero, que dice estar cansado de ver bolas y placas de chapapote «todos los días desde que empezó este infierno», la Xunta debería «replantearse la situación de los pescadores y la posibilidad de que trabajen llenos de fuel». La alarma saltó también en la costa de la Muerte, donde se mantiene la veda para el marisqueo. El chapapote se hizo presente en lugares como el cabo Touriñán, la playa de rostro, el cabo Vilán o los arenales de Regueiro, Nemiña y Pequeña de Miño. Sin peligro La propia Xunta de Galicia, que mantiene abierta la veda para el marisqueo y al mismo tiempo ha reconocido que el veneno del Prestige ha alcanzado zonas calificadas como limpias y aptas para las labores de los marineros, no se ha planteado, por el momento, reinstaurar la prohibición. Serán los análisis aportados por los expertos en los próximos días los que decidan una posible clausura de los caladeros, en caso de que estén contaminados. En este sentido, el director del Centro de Control de Calidad del Medio Marino de la comunidad, Juan Maneiro, restó importancia a la alarma desatada entre marisqueros y perceberos y aseguró que la presencia de hidrocarburos en los mejillones y en las aguas de las zonas abiertas a la pesca está lejos de ser preocupante. «Los valores más altos detectados se sitúan en un 50% del límite permitido y, en general, están en un 25%. No hay, por el momento, ningún problema de calidad del molusco, aunque hemos intensificado los controles», explicó. Según el responsable de la Xunta de Galicia, ayer se presentó en la consejería de Pesca un informe detallado de los análisis realizados en los últimos días que «el Gobierno autonómico analizará detalladamente para actuar en consecuencia». El capitán, en libertad Está previsto que el capitán del Presitge, apostolos Mangouras, quedé hoy mismo en libertad, tras abonar la fianza de tres millones de euros impuesta por el juez de Corcubión.