OPINIÓN Antonio Pérez Henares
Gracias, Imanol
Escribía el lunes un deseo, un ferviente deseo que en absoluto encubría dobles intenciones: que el colectivo del cine no olvidara que el terrorismo nos tiene aquí declarada una guerra sangrienta y uniera a su voz contra la de Irak su voz contra ETA. Hoy me alegro de que esa respuesta se haya dado y ésta haya sido de manera explícita, sobre todo en el ejemplo magnífico de quien siempre ha sido un hombre comprometido en la lucha por la libertad. Lo de Imanol Arias ni es de ahora ni es una pose. Fue él quien con mayor claridad se «mojó» y quien encabezó el grupo desde el teatro donde se celebraba la reunión a la concentración en Sol contra el asesinato de Joseba Pagazaurduntua. Fue el quien inició los gritos de «ETA no» en el teatro Alcázar. Algunos otros, sin embargo, no han entendido que la crítica hay que saber admitirla tanto como hacerla y que eso no es merma ninguna de la libertad de expresión sino exactamente lo contrario. Criticarles es tan legítimo como lo son sus críticas a Aznar. Sobraba pues algún latiguillo que rezumaba endiosamiento y creencia en estar en posesión de la única verdad. Pero la verdad es que ello me importa bien poco. Lo que me alegra es este nuevo clima de movilización social, de despertar de la sociedad civil y de que se vuelva a levantar voz y gesto ante los asuntos de interés común. El lunes les pedía que no dejaran pasar la oportunidad. No por tapar bocas, sino en verdad desde el sentimiento y el compromiso de la lucha por la libertad (por la expresión mata también ETA) y por la vida en el País Vasco. «No saben con qué cariño sería recibido su gesto entre las victimas, ni con qué alegría serían recibidos ellos mismos en esas filas donde, además, estoy seguro que lo están de corazón», decía. Hoy añado: Bienvenidos. Y a ti, Imanol, que sabes mucho de aquello del norte, gracias. Muchas gracias.