El AVE empantanado

No hay comunidad autónoma, por uniprovincial que sea, capaz de prescindir del AVE entre sus realidades, sus proyectos o sus reivindicaciones: algunas quieren una estación terminal, mientras otras se conforman con que el AVE se detenga un poquito en su territorio, aunque en esto puede surgir competencia entre ciudades. Quizá resulte oportuno recordar que cuando, hace más de una década, se inauguró el AVE Madrid-Sevilla muchos políticos actualmente en el poder criticaron su realización y la tacharon, cuando menos, de faraónica. A comienzos del siglo XXI, el AVE, sin embargo, se ha convertido en una infraestructura que, además de utilísima, es simbólica una cualidad que también presentaban los pantanos a mediados del siglo pasado. A la inauguración de los pantanos ha sucedido la inauguración del AVE en distintas direcciones, aunque ha sido más fácil organizar actos para celebrar la colocación de la primera piedra o de la primera traviesa que para inaugurar un trayecto completo o, todavía menos, para celebrar su puesta a disposición del público.