Rato alecciona al PP para tratar de combatir el declive electoral
Que la crisis del «Prestige» y la postura del Ejecutivo ante el conflicto iraquí van a pasar factura al PP en las urnas el próximo 25 de mayo es algo tan asumido por el partido que el propio Rodrigo Rato, vicepresidente segundo del Gobierno y v
La frase fue pronunciada ayer ante un grupo de militantes madrileños sabedores de que incluso sondeos internos del partido ponen en duda el triunfo de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. A estos militantes populares les pidió Rato que recuerden a los ciudadanos lo que supone un gobierno de izquierdas «en términos de empleo y seguridad, de desarrollo, de presencia de Madrid en el conjunto de España y de confianza de los ciudadanos en su futuro». Más que en los planes futuros de gobierno -a los que ya se había referido Aguirre en su anterior intervención-, el vicepresidente segundo del Ejecutivo centró su alocución en una comparativa con tiempos pasados anteriores a 1995, cuando Alberto Ruiz Gallardón fue elegido presidente de la Comunidad de Madrid. «Es imprescindible -advirtió- que el PP plantee estas elecciones como una elección entre dos realidades conocidas. La oposición no presenta una promesa de futuro de la que aún no se sabe nada. Se trata de decir lo que cada cual representa, porque una y otra parte han gobernado». Rato, que tiene su feudo en el PP madrileño, orientó así las líneas de la futura campaña electoral de su formación política en la región e insufló ánimos a sus bases, preocupadas por la caída en intención de voto que revelan sus encuestas. Confianza Consciente de la misión que, tanto a él como a otros miembros de la Ejecutiva, les ha sido encomendada para mantener la cohesión del partido en unos momentos difíciles derivados de la posición del Ejecutivo respecto a la crisis de Irak, pidió a los militantes un ejercicio de confianza en su cúpula directiva. «Incluso aquellos que tienen una posición distinta a la nuestra -les tranquilizó- saben que no les estamos mintiendo. No lo hicimos en 1991 con la Guerra del Golfo y no lo hacemos ahora». Criticó a aquellos que ponen en duda que, como cree el presidente del Gobierno, España pueda desempeñar en política internacional un papel más importante del que vivió en tiempos de Felipe González. «Para los que se acomodan con la realidad todo es imposible -señaló-, pero es posible y la gente lo sabe, porque saben que hacemos real lo que prometemos». Por su parte, Esperanza Aguirre recordó en la misma reunión que el Ejecutivo también tuvo que tomar decisiones «no fáciles» cuando decidió poner en marcha una serie de medidas económicas «que tantos éxitos han deparado para España y que han hecho que hoy sea la envidia de muchos países de la Unión Europea». «Pese a las reticencias -añadió-, acertamos». En su opinión, ocurrió lo mismo con la política nacional que llevó a cabo el Gobierno central «cuando decidió acabar con ETA con la ley en la mano» e, incluso, llegando a cambiar la legislación. Por todo ello, afirmó que los ciudadanos tendrán que elegir el próximo 25 de mayo entre el proyecto del PP «para que Madrid siga siendo la locomotora de España» o el que ofrecen PSOE, IU y Los Verdes, que aseguró que «son capaces de unirse con tal de quitarnos del medio».