OPINIÓN Fernando Jáuregui
¿Otra ONU?
Una de las consecuencias más visibles de lo que está ocurriendo en el mundo es la virtual liquidación de la ONU. Al menos, tal y como está ahora. EE.UU. necesita consolidar de derecho lo que ya ha mostrado de hecho: que es quien manda en el planeta. Lo ocurrido en el Consejo de Seguridad, primero con motivo de la guerra de Kosovo, después en Irak, ha colmado muchas paciencias, pero ha cimentado una convicción unánime: tal y como está, este Consejo de Seguridad, que es como el comité ejecutivo de la ONU, no funciona, está prácticamente maniatado y constituye un factor de injusticia, en el que se puede «comprar» a los miembros más débiles, que de equilibrio en el orden mundial. Lo más probable es que España trate de pasar a ser un miembro permanente en ese Consejo, como tratará, tras el nuevo orden mundial que impondrán los Estados Unidos una vez que haya acabado la intervención contra Irak. En cualquier caso, parece lógico que la diplomacia de Bush intente introducir nuevos países como miembros permanentes del Consejo, quizá Japón, que ha apoyado a Estados Unidos en el ataque contra Irak, o Australia, cuyas tropas participàn en la operación militar. La reforma de la ONU, muy probable sobre todo porque así no puede seguir la única instancia a nivel mundial que nos queda, irá acompañada probablemente de cambios sustanciales en el funcionamiento de la Unión Europea, que el próximo mes debe consagrar una ampliación que se ve con muchas cautelas, y, desde luego, de la OTAN, que se ha mostrado totalmente ineficaz ante una crisis de estas características. Una nueva era internacional, más dominada aún por los Estados Unidos, parece adivinarse en el horizonte.