Dos marines muertos en combate elevan a catorce las bajas aliadas

Los Marines estadounidenses ya han sufrido las primeras bajas en la guerra contra Irak. Dos soldados murieron en los enfrentamientos con las tropas iraquíes. Además, otros ocho soldados británicos y cuatro norteamericanos perdieron la vida al estrellarse en Kuwait un helicóptero de transporte de tropas. A pesar de estas bajas, las tropas anglo-americanas han entrado ya en territorio de Irak sin apenas encontrar resistencia y podrían llegar a Bagdad, según las previsiones más optimistas, en tres o cuatro días. En su avance, estas fuerzas fijan como objetivo pistas de aterrizaje y pozos petrolíferos. El primer soldado norteamericano que perdió la vida en Irak fue en los enfrentamientos por los pozos petrolíferos de Al Rumeila, al sur del país. Pocas horas más tarde, se producía la muerte de un segundo marine en Um Qasr, ciudad que ya está bajo el control de las fuerzas anglo-americanas y podría empezar a recibir ayuda humanitaria en los próximos días. A estas dos muertes hay que unir las que se han producido en la frontera entre Irak y Kuwait, en torno a la 1.40 hora española de la madrugada del jueves al viernes, en el accidente que ha sufrido un helicóptero de transporte de tropas CH-46 Sea Knight. Aunque en principio se habló de la muerte de 16 soldados, el Ejército estadounidense anunció después que había sido ocho británicos y cuatro norteamericanos. Estas fueron las primeras bajas confirmadas de este conflicto. Treinta pozos incendiados Al menos 30 pozos de petróleo fueron incendiados de forma deliberada por las fuerzas iraquíes al sur de Irak y existen informes de que pudieran haber más pozos ardiendo al norte del país. «Puesto en su contexto, el daño no es tan malo como temíamos», dijo el ministro británico de Defensa, Geoff Hoon. Irak posee 1.685 pozos, la mayoría de ellos concentrados cerca de la ciudad de Basora, unos pocos kilómetros al norte de la frontera kuwaití. En su avance en territorio iraquí, las tropas británicas y estadounidenses confirmaron que ya se habían asegurado el control de la península de Al Faw, en donde se encuentran los pozos, por lo que se minimizaba el riesgo de ver nuevos incendios en la zona. Los informes de que los pozos ardiendo comprometieron por unas horas la estabilidad de los precios mundiales del crudo. Pero después de una ligera subida, los precios volvieron a descender al ver que las fuerzas estadounidenses y británicas estaban bajo control de la situación.