Irak endurece la guerra

Las tropas estadounidenses y británicas se toparon ayer en su avance hacia Bagdad con una firme resistencia en zonas aparentemente controladas como Basora, Um Qasar, Nasariya y Najaf, y que pueden convertirse en una auténtica pesadilla para el mando aliado. Los combates de Nasiriya, según el general John Abizaid, jefe adjunto del Mando Central, han sido los «más duros de cuantos se han registrado hasta el momento» en la guerra de Irak. Allí cayeron en esa ciudad a orillas del Eúfrates, según el Gobierno de Irak, 25 soldados estadounidense. El Pentágono da por desaparecidos a unos 10 soldados estadounidenses y ha confirmado que varios han resultado muertos o hechos prisioneros, pero hasta ahora no ha precisado el número. La cadena Al Yazira mostró imágenes de al menos cinco militares muertos a las afueras de Nasiriya. Pero no fue la única batalla librada ayer en el sur. «Hay una intensa batalla allí en este momento», dijo el corresponsal de Reuters Adrian Croft desde Um Qasr, al día siguiente de que los militares dijeran que habían tomado control de ese estratégico puerto. «Hay un endiablado fuego de ametralladoras», afirmó. Más al norte, en Najaf, ciudad santa chií situada a 160 kilómetros de la capital, tropas iraquíes combatieron a unidades de avanzada de EE.UU. El corresponsal Luke Baker, que viaja con las unidades de la Tercera División de Infantería, fue testigo de un choque con tropas iraquíes unos 70 kilómetros al sureste de Najaf que contuvo la avanzada estadounidense en la madrugada de ayer. El partido gobernante Baaz dijo que las fuerzas invasoras se dieron a la fuga tras un combate. En cambio, fuentes militares estadounidenses dijeron que unos 70 iraquíes habían muerto al sur de esa ciudad, donde grupos de defensores todavía seguían oponiendo resistencia. Aunque el Mando Militar Central de Estados Unidos en Qatar había afirmado que ya estaba sofocada la resistencia iraquí en el puerto meridional de Um Qasar, un punto estratégico para la salida del crudo iraquí ayer por la mañana unos 120 soldados (poco más de una compañía) de la Guardia Republicana, la unidad de élite del Ejército de Irak, lanzó un contraataque contra las fuerzas aliadas. Tras varias horas de intensos combates, los miembros de la Guardia Republicana se rindieron a los marines, que tuvieron que recurrir a toda su potencia de fuego y hubieron de solicitar apoyo aéreo para sofocar la resistencia. En esta guerra, cuando se escucha que las ciudades iraquíes han sido «tomadas» por los ejércitos británico y estadounidense, conviene relativizar la aseveración. Son simplemente rodeadas. El objetivo es llegar a Bagdad en 72 horas y no desgastar las tropas y arriesgar sus vidas en combates urbanos que podrían causar muertes de civiles y dañar la imagen de «ejército de liberación» que Washington pretende dar. Y si en el frente sur las cosas van mal, en el frente norte no avanzaba por las diferencias entre Turquía y EE. UU. sobre como manejar a los kurdos.