Las tropas llegan al Kurdistán por aire para abrir el frente norte

La guerra en el norte no avanza como a Estados Unidos le gustaría. En estos cuatro días de campaña la línea del frente apenas se ha movido. El problema del Pentágono es que, tras la negativa de TurquÝa a aceptar tropas norteamericanas en su territorio, en el norte no tiene más que unas pocas unidades de operaciones especiales que apoyan el avance de los guerrilleros kurdos. Los peshmergas, a pesar de todo su valor, sólo cuentan con sus fusiles. Poco bagaje para enfrentarse a unas tropas iraquíes bien apoyadas por la artillerÝa. Ni siquiera los bombardeos constantes sobre Mosul y Kirkuk, mucho más duros que los lanzados sobre Bagdad, han conseguido que las dos principales ciudades del norte que albergan un tercio de las reservas de petróleo del país caigan en manos americanas. Así las cosas, el Pentágono ha sacado de cajón el plan B: más tropas especiales y unidades aerotransportadas. Ayer, cuatro aviones Hércules aterrizaron en un aeródromo cercano a Suleymaniyah con 280 miembros de las fuerzas especiales que se unirán a los que ya combaten en el norte. Su misión será asegurar los puentes que dan paso al sur, eliminar las defensas iraquíes y prepara la ofensiva definitiva sobre Mosul y Kirkuk. También pretenden un ataque sobre la pequeña porción de terreno controlada por los fundamentalistas de Ansar al Islam, que ya sufrieron el bombardeo de 50 misiles Tomahawk. Ayer por la noche seguían los bombardeos en el norte. Tikrit, la ciudad natal de Sadam Huseín, los alrededores de Mosul y zonas cercanas a la frontera siria se llevaron la peor parte. Una bomba, quizás destinada a algunos de estos lugares, cayó en la localidad turca de Ozueren, en el sur del país. No hubo víctimas, pero dejó un cráter de más de un metro de profundidad. Mientras, el Ejército turco sigue almacenando efectivos en la frontera, asustando a los kurdos y poniendo nervioso a Estados Unidos, que le ha repetido hasta la saciedad que no permitirá que entre en el Kurdistán iraquí. El sábado se pudo ver pasar hacia la frontera un largo convoy con pertrechos y soldados que se unirán a los 70.000 ya desplegados en los límites con Irak. Los bombardeos sobre las posiciones que ocupan los militantes del grupo integrista persiguen preparar el terreno para que los guerrilleros kurdos emprendan el asalto, probablemente la próxima semana.