Diario de León

«El nuevo Irak puede ser más peligroso que nunca» Ignacio Rupérez (embajador de España en Bagdad hasta julio del 2000)

Nueve horas de guerra sin testigos

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

La invasión de Irak comenzó nueve horas antes de que el presidente George W. Bush anunciara el inicio del ataque el pasado miércoles por la noche. La operación Oplan 1003V, bautizada así por el general Tom Franks y el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, comenzó efectivamente a la una de la tarde (hora estadounidos) del miércoles, con el despliegue de 300 hombres de las Fuerzas Especiales en suelo iraquí. Los soldados se unieron a grupos de paramilitares de la CIA presentes en Irak desde junio, fecha en la que el presidente autorizó el uso 200 millones de dólares que financiarían operaciones secretas destinadas a derrocar a Sadam. Los grupos armados tomaron posiciones claves para asegurarse de que los iraquíes no utilizaran armas de destrucción masiva, no lanzaran misiles contra Israel y no quemaran sus pozos de petróleo. En un principio, la operación duraría 48 horas y sólo después se informaría oficialmente a la opinión pública del inicio de la guerra. Según fuentes del Washington Post, al presidente no le gustó la idea puesto que había dado su palabra de no empezar la guerra sin avisar a su país. Pero desplegar un operativo de Fuerzas Especiales antes de que comenzara el despliegue de tropas aéreas y terrestres tenía muchas ventajas, según el general Franks, principal defensor de la idea, así que, deliberadamente, Bush compareció en televisión el lunes amenazando con invadir Irak «en el momento en el que nosotros lo creamos oportuno». La idea original era que ese comando entrara en Irak y trabajara en suelo enemigo hasta el viernes, día previsto para el inicio oficial de los ataques aéreos. Los informes de la CIA sobre el paradero de Sadam Huseín precipitaron la operación, que comenzó oficialmente a las 10.15 de la noche con la comparecencia del presidente en televisión. Los cambios se produjeron porque el director de la CIA, George Tenet, acudió a la Casa Blanca con información de última hora acerca de la presencia de Sadam y otros importantes miembros de su régimen en un complejo en el centro de Bagdad, aparentemente para pasar la noche. «Teníamos información de inteligencia muy buena sobre la localización del liderazgo, incluido Sadam Husein», explicó ayer el general Richard Myers, jefe del Estado Mayor Conjunto. Myers señaló que al recibirse esa información de la CIA se puso en marcha «un ataque contra ese objetivo y los proyectiles se lanzaron sobre él». Tras una reunión de tres horas en la Casa Blanca, Bush y sus asesores decidieron cambiar totalmente los planes y lanzar un ataque «quirúrgico» para tratar de descabezar al régimen iraquí. Un avión furtivo F-117 lanzó dos bombas dirigidas de 900 kilos cada una sobre el edificio, denominado en clave granja Dora, que luego recibió unos 40 misiles de crucero Tomahawk procedentes de varios buques de la Marina. El general Franks, jefe del Mando Central de las Fuerzas Armadas y encargado de las operaciones, recomendó adelantar la ofensiva terrestre, que se lanzó exactamente 24 horas antes de lo previsto. No es de extrañar. Los planes del Pentágono para invadir Irak han sufrido más de 20 variaciones.

tracking