Turquía rechaza entrar en el Kurdistán bajo tutela norteamericana

Turquía parece decidida a jugar su propio y decisivo papel en esta guerra. Estados Unidos le ofreció ayer meter 6.000 soldados y una brigada mecanizada 20 kilómetros dentro del Kurdistán iraquí para asegurarse de que nada de lo que pase allí va contra sus intereses. Las dos condiciones de Washington eran que las tropas turcas estarían bajo tutela norteamericana y que se retirarían después de la guerra. Turquía no aceptó. Los kurdos están que se suben por las paredes. Primero porque no les gusta que Estados Unidos negocie con los turcos ningún tipo de entrada en su territorio, y después porque, aunque hubiera un acuerdo, no están dispuestos a aceptar la ocupación. «Nuestros peshmergas tienen la orden que tienen. Si alguien intenta entrar al Kurdistán dispararán», confesó a un miembro del Gobierno kurdo. Con todos estos movimientos en la retaguardia, a Washington le resulta imposible crear un frente norte en condiciones en su guerra contra Irak. Los kurdos, sus aliados sobre el terreno y la principal fuerza de avance, tienen que dividir sus tropas para pelear contra los soldados de Sadam Huseín y a la vez vigilar sus espaldas de los turcos. Aquí en la frontera, la entrada de Ankara en el conflicto y el posible choque con los peshmergas se ve cada vez más inminente. A las puertas de Irak, el Ejército turco almacena vehículos, tropas, tanques y obuses bajo la justificación oficial de ayudar a los refugiados. Los números del último enfrentamiento entre las fuerzas turcas y los guerrilleros kurdos hablan por sí solos de lo que podría significar esta nueva guerra: 30.000 muertos y 2.000 pueblos arrasados. Hace unos días estuvimos en varios de ellos. Diez años después apenas quedaba piedra sobre piedra. Pese a este anuncio, el secretario general de la Otan indicó que esta situación apuntada por el Ejecutivo turco «no se ha producido» ya que, por el momento, no existe una afluencia masiva de refugiados a esta región. Sobre si algún país aliado ha amenazado en el Consejo Atlántico con cancelar su ayuda a la defensa de Turquía debido a la posición ambigua del único país musulmán de la Alianza en la crisis iraquí, Robertson subrayó que ningún Estado miembro ha sugerido «en algún sentido» un cambio en la ayuda defensiva a Turquía. «Nadie ha sugerido, hasta el momento, que la actual activación del artículo 4 se cambie en algún sentido. Desde el momento en el que no hay afluencia de refugiados en el norte de Irak, la cuestión no se ha planteado en la Otan.