El Poder Judicial avala la reforma penal sin los ocho vocales progresistas

A esta atípica aunque legal situación se llegó porque el presidente del Consejo del Poder Judicial (CGPJ), Francisco Hernando, a propuesta de la mayoría conservadora, decidió al comienzo de la reunión no atender la petición de la minoría progresista, para que, a las doce del mediodía, suspendiese durante 15 minutos la sesión plenaria, con el objetivo de participar en la concentración cívica que se iba a celebrar en la puerta de la institución, como en el resto de centros de trabajo del país. De esta forma, a las 12:00 horas, cuando el pleno discutía el informe sobre la reforma legal, los ocho vocales progresistas se ausentaron de la sala y se unieron las decenas de trabajadores del CGPJ que se concentraban en la calle en silencio contra la guerra. Cuando unos minutos más tarde los últimos cuatro vocales progresistas se incorporaron al pleno, se enteraron de que el informe ya se había votado en su ausencia, con el apoyo de los once vocales conservadores y del vocal independiente Agustín Azparren y con la oposición de los otros cuatro progresistas que acaban de entrar en la sala. Doble rasero Los ocho vocales progresistas que se sumaron el miércoles a la protesta dijeron que lo hacían en calidad de ciudadanos que rechazan una guerra que consideran «ilegal e injusta». Los vocales, ante la negativa de Hernando a parar la reunión del pleno, denunciaron «el doble rasero» utilizado por el presidente, pues recordaron que más de una sesión plenaria se había suspendido durante unos minutos en el pasado para bajar a actos de protesta en la calle, como ha ocurrido con las concentraciones de rechazo a los atentados terroristas de ETA. La accidentada votación del pleno avaló el anteproyecto de ley del Gobierno que modifica más de un centenar de artículos del Código Penal y que crea nuevos tipos de delitos y faltas, aunque le aconsejó que realice 40 cambios en el texto. El anteproyecto del Gobierno considera delitos graves los que acarrean más de cinco años de cárcel (tres años en el actual), menos graves los que comprenden entre tres meses de prisión y cinco años (entre seis meses y tres años ahora), y leves los que se sancionan con tres meses de prisión, multa, pena de alejamiento, o trabajos a favor de la comunidad (antes arresto de fin de semana o multa). El cambio en la filosofía global de las penas es necesario por el agravamiento de la sanción de las faltas y de los delitos menores para los delincuentes habituales (con mayor abanico de cárcel) y por la intención de endurecer las penas y las condiciones de cumplimiento de las condenas de los delitos graves: imposibilidad de obtener el tercer grado hasta que se cumpla la mitad de la condena, y posibilidad de que el fiscal deje en suspenso la salida en libertad condicional si decide recurrir el beneficio. La reforma del Código Penal cambiará casi 150 artículos del texto actual e introducirá14 nuevos delitos. Entre las últimas novedades anunciadas por el Ministerio de Justicia están la condena de la violencia en el deporte y en espectáculos públicos, que puede acarrear una pena de cárcel de entre 3 y 4,5 años y condenas aún mayores de alejamiento; y la instauración de la pena de prisión para los ex cónyuges que no paguen la pensión alimenticia de sus hijos. Esta última infracción penal, que esta ahora era una falta sancionada con multa, podrá suponer la entrada en la cárcel por un período de entre tres meses y un año. Otras novedades importantes son la introducción de la discriminación de cualquier tipo por parte de un policía como un delito de torturas; el delito de alteración de moneda o tipifica la persecución penal del pirateo de música o cine, convierte en delito el maltrato grave a animales domésticos, o la sustracción de móviles.