La guerra que iba a ser un paseo

Cuando se cumple una semana del inicio de la invasión de Irak se pueden sacar algunas conclusiones: la resistencia iraquí está siendo mucho mayor de la esperada y Sadam Huseín está ganando la batalla de la propaganda. 1.- ¿Está ofreciendo Irak más resistencia de la prevista? Sí. Nadie esperaba una resistencia tan feroz como la planteada en Um Qasr, Basora, Nasiriya y Nayaf. Los servicios de inteligencia occidentales habían dado cuenta de la debilidad material, psicológica y de la falta de organización del Ejército iraquí, que tiene la mitad de potencial que en 1991. Pero ahora se constata que «combaten violentamente», según Burridge, comandante en jefe de las tropas británicas. 2.- ¿Quiere esto decir que la victoria aliada corre peligro? En principio, no. Su armamento es muy superior, pero puede llevar más tiempo del esperado. 3.- ¿Cuánto durará la guerra? Tras una inicial euforia que hacia esperar una guerra corta, la percepción ha cambiado. Bush ha advertido de que la campaña podría ser «larga y difícil». Se cree ahora que quedan al menos tres semanas más de lucha. 4.- ¿Cuál es la estrategia de Sadam? Dejar avanzar a los enemigos por el desierto y atraerlos hacia las ciudades para librar allí mortíferas guerras de guerrillas y causar las mayores bajas posibles. Ha dividido Irak en cuatro regiones militares dotadas de una gran autonomía, lo que le permite mantener la lucha en todo el país incluso si se cortan las comunicaciones con Bagdad. En el sur, ha reforzado la presencia de milicianos de Baas, lo que explica que la población chiita no se haya rebelado como en 1991. 5.- ¿Cómo actuán los iraquíes? Pequeños grupos de milicianos, los llamados Fedayines (literalmente «los hombres del sacrificio), apoyados por soldados de elite de la Guardia Republicana, dos grupos leales a Sadam, bien entrenados y muy móviles, atacan a las fuerzas angloamericanas mediante emboscadas. En su mensaje a las tribus, el presidente iraquí les recomendó evitar el combate frontal y recurrir a las tácticas de guerrilla. 6.- ¿Por qué Irak está ofreciendo más resistencia? El dictador iraquí ha tenido mucho tiempo para estudiar cómo preparar su defensa en esta guerra anunciada desde hace casi un año. Ha aprendido las lecciones de 1991 y esta vez sus tropas no han esperado al enemigo enterrados en el desierto, donde habrían sido aniquilados por los bombardeos, sino que han atacado. También hay que recordar que hace 12 años Sadam sólo se jugaba ser desalojado de Kuwait, por lo que quiso preservar a su Guardia Republicana de cara al futuro. Ahora lucha por su propia supervivencia. 7.- ¿Cuál es la táctica de los aliados? Desde el primer bombardeo quisieron dejar claro que su objetivo era acabar con Sadam, que la guerra era contra su régimen y no contra el pueblo iraquí. Su objetivo ha sido avanzar rapidamente hacia Bagdad -bombardeada a diario para debilitar su defensa- y tomarla cuanto antes. Franks cree que una vez que caiga la capital toda la resistencia que haya en otras partes del país se derrumbará como un castillo de naipes. Sin embargo, dada la resistencia encontrada, han variado de táctica y han decidido concentrarse antes en derrotar a las milicias de Sadam en las ciudades del sur y postergar la toma de la capital. A excepción de la estratégica Um Qasr, han sorteado las ciudades en lugar de intentar tomarlas, para evitar la complicada guerra urbana, que causa más bajas, lo que podría resultar insoportable para sus opiniones públicas. Uno de sus principales objetivos ha sido asegurar los pozos de petróleo. 9.- ¿Qué errores han cometido? El primero fallar en su intento de matar a Sadam. Luego, menospreciar la capacidad de las milicias paramilitares iraquíes. También avanzar demasiado rápido y dejar unidades en retaguardia vulnerables, que han sido objeto de emboscadas. 10.- ¿Cuántos muertos ha habido? Imposible cuantificarlo, porque los datos no son fiables. En cualquier caso, más de los previstos. EE.UU. había insistido en que trataría de evitar al máximo la muerte de civiles. El bombardeo del mercado de Bagdad que causó 15 muertos es una demostración de que no está siendo así. Si es cierta la cifra de 650 iraquíes muertos entre Nayaf y Kerbala en las últimas 24 horas esto denota la magnitud de las batallas. Las tropas angloamericanas han perdido ya decenas de hombres. 11.- ¿Quién está ganando la guerra de la propaganda? Sadam. Al salir ileso del bombardeo que abrió la guerra y cuyo objetivo declarado era decapitar al régimen eliminando a su dictador, se apuntó un gran tanto, ya que EE.UU. dijo que podía haber muerto. En su haber está la primera victoria política al haber hecho fracasar el escenario de guerra relámpago barajado por los estrategas norteamericanos. Los aliados aún no han conseguido las imágenes con las que soñaban: sus soldados aclamados al entrar en las ciudades iraquíes. Por el contrario, se han visto ya las primeras víctimas civiles de los ataques. Otro éxito de Huseín fue capturar muy pronto a prisioneros norteamericanos y emitir, con su falta de escrúpulos habitual, su interrogatorio por televisión. La «honorable resistencia iraquí» está devolviendo el aura de héroe a Sadam en el mundo árabe. 12.- ¿Se ha criticado en EE.UU. la estrategia del Pentágono? Sí. Especialmente significativos son los reproches de antiguos mandos militares de la Guerra del Golfo de 1991, como los generales Barry McCaffrey, Thomas G. Rhame o William L. Nash. Estiman que se necesitaban al menos dos divisiones para avanzar sobre Bagdad y no sólo una, como ha sucedido. La negativa turca a que las tropas estadounidenses pasaran por su territorio impidió la apertura del frente norte con otra división. A pesar de ese gran contratiempo, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, mantuvo los planes de la invasión. 13.- ¿En qué se diferencia la actual campaña militar de otras anteriores? La gran diferencia es que en la operación «Libertad para Irak» la invasión terrestre y los bombardeos han sido simultáneos. En la primera Guerra del Golfo de 1991 tuvieron que pasar cinco semanas y media de intensos bombardeos sobre Irak para que en sólo cuatro días se completar el trabajo en tierra.