La ONU prepara la mayor operación de ayuda de la historia

. La previsible dimensión del operativo asusta incluso a las agencias de Naciones Unidas. «Es toda la población de Irak, así que prevemos un enorme programa, probablemente el mayor de toda la historia», subrayó Rowe. Según cálculos aproximados, el coste ascendería a 1.000 millones de dólares, como poco, y entre sus objetivos estará la reconstrucción del sistema de distribución alimentaria desarrollado en los últimos años dentro del programa «Petróleo por Alimentos» iniciado por la ONU en 1991 e interrumpido ahora al comienzo de la guerra. La salida del país del grueso de los funcionarios de la organización por los bombardeos estadounidenses y británicos ha privado de avituallamiento al 60% de la población, según indican algunas fuentes. En este sentido, las organizaciones y agencias humanitarias aceleran estos días sus preparativos en Bagdad ante el avance de la ofensiva aliada, que podría generar problemas de suministro eléctrico y de agua similares a los registrados estos días en Basora. Discrepancias en el consejo Estas expectativas han desembocado en una nueva batalla en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, esta vez es acerca de la ayuda humanitaria para Irak, ya que algunos países miembros están expresando su temor de que estadounidenses y británicos pretendan ahora descargar el peso de la ayuda en la ONU cuando, por derecho internacional, en su calidad de países ocupantes son ellos los obligados a hacerse cargo de los platos rotos. La cuestión ahora se centra en cómo reactivar el programa «Petróleo por alimentos», una iniciativa de ayuda humanitaria establecida en 1995 para aliviar el sufrimiento del pueblo iraquí a consecuencia del embargo económico impuesto al país tras la primera Guerra del Golfo. Hasta que empezó la guerra, el programa, del que depende la alimentación del 60% de la población de Irak, estaba administrado de forma conjunta entre la ONU y el gobierno iraquí, pero ahora con la guerra es necesario reconfigurarlo. El miércoles pasado, Kofi Annan, Secretario General de la ONU, pidió al Consejo que le fueran otorgados mayores poderes para que su oficina pueda administrar en solitario el programa durante la guerra. Irak calificó de «insulto» la petición de Annan, ya que la realizó el mismo día en que comenzaba la guerra y antes de que estuviera asegurada la incapacidad del gobierno iraquí.