El cura vasco reitera su presencia en la lista del PSE pese a las amenazas

Además de los daños en el coche, otras pintadas amenazantes y con insultos contra él mismo, el PSOE, el PP y «el clero español» aparecieron en las paredes de la iglesia. Pablo Villaroel dijo estar «bastante mal» y «un poco confuso» por lo ocurrido, aunque estimó que se trata de «un hecho tan aislado que tampoco creo que había que hacer un circo mediático». «Hay que dejar la vía policial para ver cómo transcurren los hechos, pero los indicios van a que es un hecho aislado producto del gamberrismo», añadió el párroco, que estimó que no va a trascender más allá de las pintadas aparecidas. Preguntado si se ha planteado renunciar a presentarse por las listas socialistas, Villaroel negó tal posibilidad y reiteró su compromiso con los amenazados. «La opción que he hecho es una opción de conciencia y sigo apoyando a la gente amenazada y que sufre este acoso. Queríamos estar con ellos asumiendo los riesgos y no me planteo cambiar de idea», recalcó. Desde el Gobierno Vasco, el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, calificó lo ocurrido de un «acto fascista» y defendió que «el derecho a la libertad de ir en las listas que uno quiera tiene que ser respetado por todos». El presidente del PP en el País Vasco, Carlos Iturgaiz, trasladó su solidaridad al párroco de Trucíos y acusó al nacionalismo vasco de «no mover un dedo» para que todos los partidos tengan «la misma libertad y comodidad» para poder concurrir en las próximas elecciones municipales y forales. En la clausura de un acto de Nuevas Generaciones del País Vasco en Vitoria, Iturgaiz acusó al nacionalismo «radical» de no permitir «incluso dar un testimonio», como el concedido por el párroco de Trucíos al PSE-EE, y abogó por que en Euskadi «haya más curas como el de Trucíos y más vascos comprometidos con la libertad y la democracia». Dimas Sañudo, portavoz del PSE-EE en el Ayuntamiento de Bilbao y candidato a la alcaldía de la capital vizcaína, aseguró que el ataque contra el cura de Trucíos demuestra la «falta de libertad y democracia que hay en este país». «Cuando alguien se compromete solidariamente con la gente amenazada, los violentos intentan amedrentarle», subrayó el dirigente socialista bilbaíno. La parlamentaria de IU-EB Kontxi Bilbao también condenó el ataque y dijo que «querer bloquear las libertades de un pueblo es un descrédito la democracia».