Los bombardeos debilitan a la Guardia Republicana
Los intensos bombardeos lanzados sobre Bagdad, incluidos los al menos diez misiles caídos anoche -dos de ellos en el complejo presidencial-, han debilitado significativamente a las unidades de la Guardia Republicana que defienden los accesos a la capital iraquí, afirmó ayer el subdirector de operaciones del Estado Mayor Conjunto, Stanley McChrystal. McChrystal declaró que la mayoría de los 1.000 ataques lanzados hoy contra Irak se concentraron en cuatro divisiones de elite alrededor de Bagdad: Medina, Hammurabi, Bagdad y Al Nida. La coalición está «realizando una tremenda cantidad de ataques, principalmente contra divisiones de la Guardia Republicana (...), utilizando una gran cantidad de municiones», añadió McChrystal. «Estamos viendo un significativo debilitamiento de esas fuerzas», dijo el militar a la prensa, a la que aseguró que las formaciones de la Guardia Republicana se mueven por el campo de batalla aparentemente para reforzar a otras unidades que han sido dañadas por los ataques. «Hay maniobras en desarrollo que tratarán de destruir esas divisiones que se atraviesan en nuestro camino», dijo el militar. La pasada la madrugada, la tercera división de infantería norteamericana inició los primeros combates contra unidades de la Guardia Republicana en Kerbala (80 kilómetros al sur de Bagdad), en el «primer contacto serio» directo con esas fuerzas de elite de Sadam Husein, según explicó anteriormente otro portavoz militar. Muertos y detenidos Según las fuerzas anglo-estadounidenses, unos 200 iraquíes han muerto, han sido capturados o han resultado heridos en esa batalla. McChrystal afirmó que se han lanzado 8.000 bombas de precisión desde el inicio del ataque aéreo a Irak, de las cuales más de 3.000 cayeron desde el pasado viernes. Al menos diez misiles impactaron en el centro de Bagdad hacia las 22:30 locales (21:30 en España), dos de los cuales cayeron en el complejo presidencial de Sadam Husein. Desde el complejo, situado a orillas del Tigris, se eleva una humareda negra. Las explosiones se oyeron en diferentes puntos del centro de la ciudad, tras lo cual se pusieron inmediatamente en marcha las ambulancias. Los periodistas pudieron oír también los disparos de las defensas antiaéreas, aparentemente activadas en la periferia sur de la ciudad, sometida desde media tarde a bombardeos intensivos. Tras la explosión, reinó un extraño silencio que sólo se vio interrumpido por el ruido de los generadores puestos en marcha para paliar los cortes de electricidad en varios sectores de la ciudad.