La ayuda humanitaria también se atasca
El caos de la guerra contra Irak ha contagiado a la ayuda humanitaria y la población civil iraquí acusa ya la falta de un operativo ordenado y un interlocutor claro y neutral encargado de canalizar la llegada de agua, víveres, material sanitario y otros insumos de primera necesidad. La suspensión del Programa Petróleo por Alimentos de Naciones Unidas -que garantizaba la subsistencia del 60% de la población del país- en vísperas de los bombardeos anuló el principal cauce de entrada de la ayuda, y las agencias y ONG que operan sobre el terreno advierten del riesgo de catástrofe humanitaria si no se garantiza pronto la llegada de suministros con regularidad a los grandes núcleos de población. A su salida de Irak, los operarios del Programa Petróleo por Alimentos de la ONU dejaron víveres para un período de entre cuatro y seis semanas. Casi dos semanas después, el régimen de Sadam gestiona aún las entregas en el centro y sur del país pero la intensidad de los combates en la ruta entre Bagdad y Basora ha desabastecido a la segunda ciudad iraquí y otros núcleos de población de la región. La ayuda allegada por la tropas anglonorteamericanas ha sido escasa y entregada sin el más mínimo criterio humanitario, según denunciaron ayer la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Los bombardeos aliados sobre ciudades del sur del país han creado inseguridad e incertidumbre en las organizaciones de ayuda y emergencia que operan sobre el terreno. En Basora, hostigada por el ejército atacante, la mitad de la población sigue a secas. Los equipos de Cruz Roja autorizados por ambas partes para reparar algunas de las plantas potabilizadoras dañadas por los bombardeos siguen a la espera de las piezas de recambio necesarias. La asunción por parte de EE. UU. y Gran Bretaña, países agresores, de tareas humanitarias sigue recibiendo críticas internacionales. Las delirantes imágenes de tumultos y enfrentamientos entre los habitantes del puerto de Um Qasar por hacerse con los lotes alimentarios distribuidos por las tropas anglonorteamericanas es, para Cruz Roja, una muestra de lo que no debe ser la asistencia a la población civil. «La acción humanitaria llevada a cabo sin método ni criterio es una injusticia y ofende la dignidad de aquellos que más necesitan apoyo y respeto», censuró Muin Qasis, portavoz de la Media Luna Roja en Jordania. En una guerra uno de los contendientes no puede ser, a la vez, juez y parte, recordó, tras denunciar los intentos de vincular la ayuda humanitaria con el logro de objetivos militares.