Los niños morirán de hambre en 30 días
«No hacía falta una guerra para que la infancia en Irak fuera traumática», Carel de Rooy (representante de Unicef en Irak)
Un hombre iraquí llora junto a la cama de su sobrina, herida en un bombardeo sobre Bagdad
La mitad de la población iraquí tiene menos de 18 años y, como en todas las guerras, los niños son la parte más vulnerable de una sociedad hostigada por bombardeos y combates. El representante de Unicef-Irak hasta la víspera de la invasión, Carel de Rooy, reclamó la sociedad española -poderes públicos y ciudadanía- un esfuerzo de solidaridad con la infancia y la juventud iraquíes, dentro del llamamiento internacional de ayuda que lanzó la pasada semana la agencia de Naciones Unidas. Dos semanas después del comienzo de la invasión de EE.UU. y Gran Bretaña, la situación de los niños iraquíes no ha podido sino empeorar. Ya antes de los primeros bombardeos, el 23% de los críos iraquíes sufría malnutrición crónica -más de un millón de niños menores de cinco años-, y una situación de progresiva depauperación familiar después de tres guerras en las últimas dos décadas y el embargo internacional tras la guerra del Golfo . Según De Rooy, antes de la evacuación del personal de la ONU el pasado 18 de marzo, se consiguió distribuir alimentos y bienes de primera necesidad para no más de cuatro semanas en el caso de las familias, y abastecer para unos tres meses a los hospitales. Aun así, las contingencias de la guerra y el recrudecimiento de los combates mermarán las reservas con rapidez. Unas reservas insuficientes, en todo caso, para mantener durante muchos días más al 60% de la población iraquí -de un total de 24''5 millones de personas- dependiente de las ayudas del sistema de Naciones Unidas y del programa Petróleo por Alimentos vigente desde 1995. «No hacía falta una guerra para que la infancia en Irak fuera traumática», subrayó. En la última década la mortalidad infantil creció un 160% en el país y uno de cada 8 niños muere antes de alcanzar los cinco años. De gira por varios países europeos, De Rooy recaló este miércoles en España para pedir un plus de generosidad a los españoles y una respuesta en forma de donaciones que, de momento, llegan con cuentagotas a los números bancarios habilitados por organismos internacionales y ong''s. El Gobierno ha comprometido un millón de euros para Unicef. El representante de Unicef recordó al Gobierno español que los países de la coalición atacante «tienen una responsabilidad muy clara sobre los efectos humanitarios de esta guerra» y que deben abrir corredores humanitarios.